La palabra Shobogenzo se compone de 4 Kanjis: Sho que significa «verdadero» o «verídico», ho (que aquí se lee bo) que significa “Dharma” o «orden cósmico», gen que significa “ojo” o “la medula esencial” y “zo” que es un “almacén” o un “deposito” donde se guardan los valiosos tesoros. Shobogenzo es por lo tanto el “almacen donde se guarda el más valioso Dharma” o «donde se guarda la medula de la enseñanza de Buda Gautama».
En este contexto no se debe perder de vista que de acuerdo a la comprensión del maestro Dogen la práctica de Zazen es el corazón de las enseñanzas de Buda Gautama. El Shobogenzo no es de fácil comprensión para alguien que desee comprender solo a nivel intelectual y en realidad la práctica de Zazen es imprescindible para una comprensión mas profunda del Shobogenzo, dado que el Buda Gautama realizo la verdad justamente a través de la práctica de Zazen.
Shakyamuni transmitió la práctica de Zazen al primer ancestro de la india a Mahakasyapa y esta transmisión fue continuada hasta que llego al maestro ancestral número 28 que fue Bodhidharma. Este fue a China y le trajo al pueblo chino la práctica de Zazen. En el siglo 13 el maestro Dogen fue a China y aprendió el profundo sentido de esta práctica del maestro Nyojo. No hay ninguna duda de que el maestro Dogen recurra en el Shobogenzo continuamente a la línea de la transmisión. Es importante tener siempre en mente este propósito del maestro Dogen si queremos comprender el verdadero sentido de esta obra.
La palabra Shobogenzo aparece por primera vez en un sutra chino el: “Daiboten o monbutsu ketsugi kyo – El sutra de las preguntas y respuestas entre Mahabrahman y el Buda” y en el capitulo 68 del Shobogenzo “la flor Udumbara” el maestro Dogen se refiere a la transmisión:
“El Buda Shakyamuni tomo una flor y la hizo girar delicadamente entre sus dedos. Nadie comprendió aquel gesto, sólo Mahakashyapa sonrío. Entonces el Buda dijo:
“Poseo el ojo del dharma, el espíritu del despertar. Tú eres el único que ha comprendido la esencia de mi enseñanza. Ahora te transmito el dharma, pues lo haz actualizado”.
El espíritu del Buda era como un espejo en el que se reflejaba el de Mahakashyapa. Mientras que los demás, querían agarrar la luna en el lago, cavilando sobre el significado de la enseñanza que el Buda acababa de dar, Mahakashyapa solo estaba presente, aquí y ahora. Estaba en perfecta unión con el espíritu de su maestro. Su espíritu estaba disponible, sin rechazar nada, perfectamente puro. Eso es a lo que se llama el espíritu original. Ese espíritu es la enseñanza misma.