No conduce a nada
cuando se confunde
el dedo por la luna
El Internet y la computadora hoy en día juegan un papel importante en nuestras vidas. A través de Internet todo el mundo puede comunicar con todo el mundo y es un verdadero reto, moverse dentro de este flujo de información manteniendo la capacidad de observar lo que se esta creando y corregir si es necesario hacerlo. Dentro de esta magnitud de información nos topamos con muchas ideas originales y novedosas y algunas también que crean mucha confusión: por ejemplo hay algunas páginas Web sobre Zen que incluso diferencian entre un Zen latinoamericano y un Zen europeo o un Zen japonés. Pero en el Zen hasta la confusión y la delusión tienen su espacio y dejamos las cosas tal como son porque sabemos que ante todo es la mente discriminatoria lo que verdaderamente crea confusión. Lo mas tardar aquí nos damos cuenta, porque es tan importante practicar con un verdadero maestro de la tradición.
Desde la época de Buda el Zen siempre se ha dejado guiar por la tradición del espíritu que ha sido transmitido de maestro a discípulo. Esta tradición esta documentada en el Denkoroku (Crónicas de la transmisión de la luz) del maestro Keizan, un libro de tanta importancia para el Budismo Zen, como el Shobogenzo del maestro Dogen. En el Denkoroku el maestro Keizan relata como se llevo a cabo la transmisión de Buda Shakyamuni a Mahakasyapa, de este a Ananda y así veintiocho generaciones en la India, veintidós en China y dos en Japón, hasta llegar al maestro Koun Ejo, abuelo espiritual del maestro Keizan.
Hay que remarcar además que la tradición en el Zen no es un concepto estático sino que esta estrechamente ligado a la condición fundamental de nuestra existencia que es la impermanencia. Por eso la tradición del Zen ha estado y esta en constante renovación. La tradición en el Zen crea sin cesar, se adapta a todos los lugares y a todos los tiempos. Es fresca y libre como el agua de un arroyo. ¿Quién podría hablar entonces sobre el Zen como un concepto que pertenezca a algún lugar?
La transmisión del Zen ha llegado a occidente después de haberse desplazado de la India a China, de China a Japón y de ahí a occidente y siempre ha continuado desarrollándose de manera viva, en constante creación. En esto Internet puede ser una valiosa herramienta tanto como para intercambiar datos y para obtener informacion sobre los diferentes lugares de práctica pero ¿puede la verdadera enseñanza del Zen, su medula, ser transmitida por Internet? El Budismo nos enseña que no es posible acceder a la verdad absoluta a través del intelecto sino que solo por medio de la acción concreta. Realizar la verdad comprende en el Budismo tanto un esfuerzo corporal como uno intelectual. Por eso que el maestro Dogen habla siempre de realizar la verdad con cuerpo y espíritu. Algunas veces la enseñanza intelectual puede ser separada de la corporal, pero este hecho tiene solo razones didácticas.
En el Shobogenzo Zuimonki el maestro Dogen dice:
“Hay sabios que realizaron el verdadero espíritu del Dharma observando una flor de durazno, otros penetraron la Vía al escuchar el ruido de una teja al pegar contra un bambú. Todos ellos alcanzaron la Vía con el cuerpo. Por lo tanto cuando soltamos nuestros pensamientos y nuestras opiniones y practicamos Shikantaza, continuamos sobre la Vía y nos volvemos más íntimos con ella. Por esta razón el camino se alcanza sin duda con el cuerpo. Por eso que siempre les animo a practicar Zazen de todo corazón”.
Para enseñar la unidad los maestros Zen, siempre han utilizado la forma libremente, sin embargo siempre han respetado la tradición y se han dejado guiar por ella.