Cuando la opacidad se diluye, aparece el silencio.
Cuando el silencio aparece, se manifiesta la sabiduría.
Cuando la sabiduría se manifiesta aparece el verdadero ser – Keizan Jokin
Tanto en la vida como en la muerte hay solo una cosa que nunca cambia y eso es el Aquí y Ahora. Este instante. Y porque el Aquí y Ahora existe tanto en la vida como la muerte, en memoria del maestro Gudo Wafu Nishijima Roshi comentaremos algo que el nunca se cansó de comentar. Lo que este instante es y lo que este instante no es. O más bien dicho lo que este instante podría ser, pues aunque intentemos de explicarlo, todo suspiro, todo pensamiento, toda palabra, siempre irá detrás de los que es la verdad. Pues lo que hace un instante era la realidad ahora ya no está.
Los primeros versos del poema de Keizan Zenji, dicen:
“Cuando la opacidad se diluye, aparece el silencio”.
¿Qué es la opacidad? Desde la practica de Shikantaza, el solo sentarse frente a una pared, con la atención enfocada en la postura del cuerpo, en la respiración y en la actitud mental, a la opacidad se le podría llamar también la actividad mental. O con otras palabras, los recuerdos o los temores pero también nuestras esperanzas y nuestros deseos. Recuerdos como lo pueden ser los pensamientos que nos hacen recordar un tiempo que supuestamente fue mejor. Temores que surgen del pensar en alguna experiencia dolorosa. Y de la misma manera las esperanzas que surgen de nuestros deseos y que nos apartan de este instante prometiéndonos en el futuro un momento mejor. Ósea que todos aquellos procesos mentales que nos distancian de nuestra realidad más inmediata y que mientras estemos vivos siempre serán nuestro cuerpo y nuestra respiración.
De esta manera vivimos todo instante. Cuando estamos alegres es porque a nuestro alrededor existe alegría, cuando estamos tristes es porque hay razones concretas para estar tristes, cuando estamos enfadados es porque las circunstancia son como para estarlo y cuando sentimos amor es porque en ese mismo instante todo es amor. Así,
el hecho de que simplemente dejemos pasar los pensamientos no significa que nuestra práctica consista en querer controlar la mente o nuestras emociones. Y mucho menos esta significa querer parar el pensamiento. Pues quien medita sin objetivo alguno y que incluso abandona el objetivo que implica querer ser de alguna manera algo superior a los demás, se dará cuenta que el querer ser algo diferente a lo que se es en si ya significa encontrarse en el proceso mental que caracteriza la dualidad.
Algo a lo que Keizan Zenji llama la opacidad. Una opacidad que si persistimos en nuestra practica de Shikantaza volviendo una y otra vez a nuestra postura nos comienza a demostrar que el verdadero silencio es aquel que va más allá de cualquier diferenciación y que el silencio no es algo que se alcanza con la mente o con el corazón sino que es incondicionalmente lo que desde siempre a estado aquí. La profunda naturaleza de nuestro ser que desde siempre a estado aquí, pero ocultada por la actividad mental. ¿Y que es lo que nos dice el silencio experimentado de esta manera? En ultima instancia que la actividad mental mientras estemos vivos jamás dejará de existir. De esta manera, experimentado el silencio este nos indica que la mente discriminatoria jamás cesa su actividad, comprendemos que es posible dar un paso más allá solo y cuando no nos identificamos con aquello que pensamos. Ósea que cuando aprendemos a relacionarnos con la actividad mental.
Por eso una vez más: La práctica del Zen no es un lavado de cabeza ni tampoco consiste en reciclar la mente de una persona. Quien lo piense debería urgentemente reconsiderarlo pues mas bien esta cometiendo un delito. Un delito en primer lugar en contra la persona que se ve afectada pero también contra si mismo. Un delito frente al cual la victima debería oponerse por todos los medios que le estén a su alcance y que le permitan conservar su integridad. Pues la práctica del Zen no consiste en una educación no verbal que se le quiere imponer a alguien que piensa diferente como cuando se adiestra a un perro. Todo esto mas bien nos acerca a aquello que Hannah Arendt llama “la banalidad del mal”. Y porque hay cosas que están en nuestra memoria y que jamás deberíamos permitir que vuelvan a ocurrir, repetimos una vez más: el mal que nace del darwinismo social, que divide entre lo superior y lo inferior y que enseña que lo superior debe imponerse, se vuelve recién peligroso cuando aparecen aquellos que están dispuestos a cumplir ordenes a coste de su responsabilidad civil.
Cuando el silencio aparece, se manifiesta la sabiduría
¿Qué es lo que encontramos más allá de la opacidad y del silencio? ¿Que es lo que aparece cuando comprendemos que no somos lo que pensamos y comenzamos a aprender a relacionarnos con la actividad mental? Según los versos de este maestro fundador del Soto Zen, aquello a lo cual en el budismo se le denomina Prajna – la sabiduría.
La sabiduría que nace de aquello que llamamos el cuerpo del Dharma. Aquella energía innata si le queremos llamara así que es a la vez el cuerpo de todas las cosas y seres y que equivale a este instante. Un cuerpo que se extiende hacia las diez direcciones y que incluye el pasado, el presente y el futuro. Un cuerpo al cual también le podemos llamar el Aquí y Ahora.
Cuando la sabiduría se manifiesta aparece el verdadero ser.
Un cuerpo que nos da a entender verdaderamente la naturaleza de la impermanencia y nos dice que los actos de ayer nos han traído hasta aquí y que nuestros cometidos de hoy determinan el porvenir. Un cuerpo que así nos dice que este instante esta relacionado al anterior pero también que este instante es este instante y el anterior es el anterior. Que nos dice que este instante es íntegramente este instante y que este instante Aquí y Ahora no es comparable al anterior. Una reflexión que profundamente nos da a entender: no da lo mismo si hoy hacemos el mal en nombre del bien confiando en que mañana el mal será el bien. Pues el mal hecho en este instante simplemente es el mal. Asimismo como cuando en el Aquí y Ahora hacemos el bien todo lo existe es el bien. Y el cuerpo del Dharma que de esta manera también nos dice que es un error pensar que da lo mismo lo que suceda porque en definitiva todo ocurre como debería ocurrir. Pues nuestra vida sucede solo en este instante y este instante jamás se volverá a repetir.
A partir de esta comprensión ¿que es entonces el Aquí y Ahora? Según Keizan Zenji aquello que nos permite volvernos íntimos con nosotros mismos. Aquello que nos permite ver a través de la experiencia autentica la causa del sufrimiento. A partir de ahí aquello que nos permite comprender que el Aquí y Ahora es aquello que nos une a todo el universo. Y por ultimo, que el Aquí y Ahora es aquel tiempo y el lugar en el cual todas las cosas son nuestro verdadero ser.
Nota: el próximo sesshin en el templo Busshinji de Sao Paulo se llevará cabo entre el 28 de febrero y el 2 de marzo. Para más información ver aquí.
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