ARREPENTIMIENTO

«Si deseáis arrepentiros, sentaos en Zazen y contemplad la verdadera naturaleza de las cosas».

Todos nosotros conocemos el sentimiento de culpabilidad por algo que ha sucedido. El sentimiento de sentirse responsable por algo que ha ocurrido en nuestra vida y que nos duele porque pensamos que si se hubiesen dado las cosas de otra manera, si hubiésemos sido capaces de ser mas concientes, tal vez esta herida hoy no seria tan profunda, no hubiésemos dañado a otras personas o no hubiese dejado tales cicatrices en nuestro interior.

El arrepentimiento. Siempre un estado donde la melancolía y el dolor están acompañadas por la reflexión. Un sentimiento que expresa nuestra comprensión sobre el bien y el mal y que muchas veces después de un proceso de luto y de tristeza nos conduce a la apertura de nuestro interior. Esta apertura del interior muchas veces se expresa por medio del propósito de que lo ocurrido no vuelva a ocurrir. Nos replanteamos lo ocurrido y nos distanciamos de lo que nuestra conciencia nos indica que esta mal en dirección hacia lo que pensamos que esta bien.

Siendo así, nuestro arrepentimiento individual esta estrechamente ligado también al contexto religioso social al que pertenecemos. Dependiendo de nuestra creencia el arrepentimiento puede ser expresado de diferentes maneras, sea en forma del cumplimiento de una penitencia, un servicio hacia la comunidad o desistiendo voluntariamente a algo de modo de que nos volvamos a reconciliar con nuestra conciencia o nuestra creencia.

En el Budismo el arrepentimiento comienza por el reconocimiento del carácter nocivo de los hechos, del habla, del pensamiento o de la intención que se encuentra detrás. Pero este reconocimiento va más allá de conceptos éticos o morales fruto de nuestra conciencia individual o colectiva. Esto porque cuando el arrepentimiento se basa en lo que la moral establecida o en la conciencia dicen, hay una separación entre el sujeto y el objeto. El objeto que dictamina los códigos de moral y un sujeto que se siente culpable por haber infringido contra estos códigos. Al ser el budismo una religión de la no dualidad el Budismo enfoca más bien en la fuerza de reflexión y reorientación que implica el arrepentimiento poniendo especial atención en lo que está antes de esta división entre “tú” y “yo”.

Ósea que la forma más directa de practicar el arrepentimiento es a través de Zazen, dado que durante Zazen reconocemos tanto el Karma del habla como del pensamiento y de la acción y por lo tanto podemos despertar a nuestra ilusión.

En este sentido en „Abrir la mano del pensamiento“ (1) el maestro Kosho Uchiyama dice:

„Arrepentirse de verdad, no significa ofrecer excusas. El arrepentimiento requiere pararse frente al Absoluto y permitir que la luz del Absoluto nos ilumine. ¿Qué significa ser iluminado por la luz del Absoluto? En el Samantabhadra bodhisattva Dhyana Sutra encontramos: «Si deseáis arrepentiros, sentaos en Zazen y contemplad la verdadera naturaleza de todas las cosas» Al hacer Zazen el auténtico arrepentimiento se manifiesta. Aquellos que practicamos Zazen hacemos este voto y lo sostenemos como la dirección de nuestra vida. Al mismo tiempo regresamos a Zazen arrepentidos por no poder realizarlo. Vivir en función del voto y del arrepentimiento y ser vigilados, protegidos y fortalecidos por Zazen constituye la vida religiosa del practicante budista. Donde no existe el voto perdemos de vista el progreso; donde no hay arrepentimiento nos extraviamos del camino. El voto nos fortalece, el arrepentimiento aplasta del todo nuestra arrogancia. Esta es la postura de una actitud religiosa vital“.

De esta manera se comprende que el Arrepentimiento en nuestra práctica va mucho más allá de cualquier moralidad. El momento de reflexión que contiene el arrepentimiento se convierte en la Vía hacia lo absoluto, hecho que se fortalece con la toma de los votos que permite crear un lazo vivo con la enseñanza de Buda:

De todo el mal karma pasado
Surgido de la codicia, el odio y la confusión sin comienzo.
Producido a través del cuerpo, la palabra y la consciencia,
Me confieso y me arrepiento ahora.

(1) De: Kosho Uchiyama: Abrir la mano del pensamiento – Fundamentos de la práctica del budismo Zen. Editorial Kairós, Barcelona 2009.

Marcar el Enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *