¿Veneno o medicina? Por fuera y por dentro insondable vacuidad.
En las diferentes comunidades de la escuela Soto Zen a través del continente se puede practicar el arte musical Baika. Así también en el templo Jionji en San Vicente de Canhete, Lima, fundado en 1907 y que es el templo budista mas antiguo del Perú y de Latinoamérica.
Baika es un lenguaje que trasciende las palabras, y que alaba al Buda Shakyamuni mediante el canto de poemas basados en los textos sagrados del budismo japonés. Están escritos en el silabario hiragana y se entonan acompañados de una campana de mano y un pequeño gong metálico que se golpea con un macillo de madera o de cristal. La interpretación de Baika, que sigue un meticuloso patrón de movimientos, desempeña un papel importante en las festividades del budismo de la escuela Zen Soto a lo largo de todo el año.
Tal vez como otro aspecto de la misma tradición, va aquí un nuevo cuento Zen:
San Valentin
Muchas veces me he preguntado como debe haber sido el amor antes de que se inventara el romanticismo. ¿Como se debe haber amando en tiempos en los cuales el amor todavía no era el eterno lamento de un alma que sufre? ¿Cómo debe haber sido el amor en los tiempos en los cuales aun no conocía ni color ni era un anhelo por salvar la humanidad? ¿Cómo debe haber sido el amor en tiempos en cuales el amor era completo y real tal y como es parecido a una flor que se abre, sin esperar que nadie la aprecie por ser lo que es?
Recientemente, me demostró el relato de una amiga hasta donde puede llegar el sufrimiento cuando se trata de cosas del corazón. Me contó mi amiga, que en la noche anterior al día de San Valentín, no había podido dormir. No había cerrado un ojo porque tenia un dolor en el pecho que le dificultaba respirar. Y es que estaba desesperada y relataba que si hubiese sido por ella se hubiese marchado esa misma noche de la ciudad. Hubiese hecho cualquier cosa, viajar, emborracharse o salir a bailar hasta el amanecer con tal de estar tan cansada que durante el día solo pueda dormir. Todo solo con el fin de saltarse San Valentín. Para ella un día que no podía resistir y es que hace poco que se había separado de su gran amor. Y eso que desde el principio estuvo convencida de que eran almas gemelas, que jamás nadie ni nada les podría separar. Hoy, su único deseo era olvidar. Olvidar aquellos tiempos de ilusión sobre una vida juntos hasta la eternidad. Sueños que ahora le hacían sufrir. Todo se había derrumbado. Todo le parecía ser una ruina en su interior y en realidad no estaba segura si podría salir de esta. Se sentía muy vulnerable, y sabia que solo un guiño hubiese sido suficiente para volver a caer. Se le veía en la cara hasta donde llegaba su decepción. Mientras me hablaba, tenia la manos húmedas y sobre su frente corría sudor. Estaba claro que todavía se hacia esperanzas. Algo esperaba, tal vez un llamado, una nota o alguna señal porque era imposible explicar de otra manera su idioma corporal. De alguna manera todavía se hacia esperanzas, y eso era lo que le tenia así. Un sufrimiento infinito, pensé yo. Hacerse desesperadamente esperanzas es un estado que entre más te mueves, más te hace sufrir. Así, aunque jamás daba consejos, le pedí que soltara ya. Que abriese sus manos y que permitiese que una brisa fresca se lleve todos los recuerdos sobre algo que ya se fue.
Aun algunos días después de nuestro encuentro, el relato de mi amiga me daba mucho que pensar. Había ahí algo que no podía comprender, una pregunta que no se me salía de la mente, que no me quería soltar: Más allá de la pregunta acaso el amor verdadero puede significar sufrimiento o no, más allá de la pregunta acaso el amor mas profundo puede ser un estado de anhelo o no, me preguntaba: ¿por que será que como si fuese obvio sacamos la conclusión que la ilusión sobre el amor, tiene mas que ver mas con la ficción que con la vida real? Separamos entre nuestros sueños y el mundo real suponiendo que por una parte existe lo puro, lo absoluto con una vida sin anhelos, sin separación, donde el amor es completo y perfecto y que por otra parte existe la ilusión y el sufrimiento, donde nada es así como debería ser y donde tenemos que sufrir para que algún día , quizás, alcancemos nuestro ideal.
Me di cuenta que algo así como el amor absoluto sin que abrace lo relativo no puede existir. Seria como si alguien dijese: te amo a ti – pero tus defectos no.
Me preguntaba de donde viene todo esto. ¿Por qué diferenciamos entre un ideal y una realidad que no corresponde a nuestras esperanzas? ¿Será por que vemos lo que queremos ver? O será porque no hemos aceptado a fondo aun que nuestra vida es tan impermanente como el reflejo de la luna sobre el mar? Que absurdo resulta entonces querer hacer del amor algo que se pueda poseer, fue mi primer conclusión. Que absurdo es pensar que puede existir algo que pueda estar separado de la realidad; que puede haber algo que esta fuera y algo que esta dentro, que puede haber algo superior o algo inferior. Afirmarlo, sería como intentar de limitar lo ilimitable. Sería como intentar que la luna no se reflejé sobre la tierra intentando de tapar su luz con un dedo. Pero la luz de la luna no se deja atrapar. Ni por nuestras ilusiones, ni por nuestra opinión de lo que es la realidad, ni tampoco por la realidad detrás de la realidad. Esto porque la luz de la luna llega a todo rincón de la mente y traspasa cualquier concepto mental.
Después de nuestra conversación, pasaron varias semanas que no escuchaba nada de mi amiga. Cuando me volvió a llamar, se había tranquilizado y se le podía escuchar en la voz que ya estaba mejor. Decía que ya había dejado la crisis detrás, que ahora lo único que deseaba era paz. Había decidido seguir de paso a paso, de instante a instante. Quería dejar el pasado en paz sin esperar nada mas. Aclararse, sin sostener opiniones fijas sobre como debiesen ser las cosas. Solo apreciar todo tal y como es.
Se escuchaba bien, pensé yo, y decidí, que para el próximo día de San Valentín estaría cerca de ella. Quería estar en su cercania, cuando lo pensamientos más puros se encontrasen con la verdad sin maquillaje, la realidad tal y como es.