COCINA ZEN – ELEMENTO FUEGO


Todas las cosas están en el corazón – Ryokan

El elemento fuego representa el principio de la actividad y de la transformación. Aquella transformación que ocurre cuando vamos trascendiendo las dificultades a los que nos enfrentamos durante nuestra práctica y que acontece por ejemplo cuando reconocemos que hemos construido un “yo” a partir de la acumulación de comportamientos que nos hacen placer y otros que nos permiten mantener alejado aquello que nos provoca dolor. Una transformación que se expresa mediante la alegría que causa el derrumbe de las barreras que nos impedían realizar nuestra verdadera naturaleza. Una alegría que es independiente a las condiciones exteriores, que expresa nuestra gratitud hacia la vida, que se lleva a donde sea y que suceda lo que suceda siempre estará ahí y que nace del corazón.

Los órganos que corresponden al elemento fuego son el corazón y el intestino delgado. Según las enseñanzas de los cinco elementos en el corazón se albergan el amor, la compasión y la sabiduría. Propiedades que a través de la comprensión y la realización cada vez se van expresando mas en nuestro comportamiento. Al elemento fuego se le atribuyen el color rojo, el calor y como gusto lo amargo.

En la cocina Zen, los alimentos del elemento fuego que se emplean son escogidos especialmente en cuanto a sus efectos sobre la salud del corazón. Mientras por ejemplo que la mayoría de las hierbas tienen un efecto refrescante para este órgano vital, los alimentos tostados o simplemente amargos pueden llegar a tener un efecto completamente contrario. Así por ejemplo el café. Demasiado café al igual que demasiado vino tinto o picante a la larga pueden dañar el corazón, estimulando a corto nuestro animo pero a largo plazo debilitando su vitalidad.

Cuando el elemento fuego esta suficientemente activo el corazón despierta a la comprensión. Una comprensión que se expresa a través de una abertura que esta acompañada por la disponibilidad y el interés hacia los otros y que hace que comencemos a dudar de nuestros prejuicios y que seamos mas cuidadosos en cuanto a las categorías que mantenemos. Una comprensión que nace del dar la vuelta al foco y en vez de criticar a los demás ver con claridad que la manera con la que miramos hacia el exterior determina aquello que percibimos y que nos hace comprender que nada existe separado a nosotros. Aquella comprensión que nos lleva a cuestionarnos sobre la realidad: ¿No será lo que pienso que es la realidad solo un sueño?

Tal vez sea lo que habitualmente llamamos realidad solo la realidad dentro de un sueño. Un ejemplo en este sentido es lo que habitualmente comprendemos bajo desarrollo o progreso. ¿Qué es la creciente actividad económica sin tener en cuenta las limitaciones de los recursos naturales? O que es el desarrollo personal sin tener en cuenta el balance efectivo, moral y espiritual? No será este tipo de progreso entonces algo así como un sueño dentro de un sueño?. El fuego, el corazón y el amor son elementos que en nuestro ámbito cultural los encontramos frecuentemente ligados uno al otro por medio de la pasión. Pero si en la pasión existe un „yo“ que ama y que esta separado de los „demás“ no será esta pasión a la que le llamamos amor algo así como un sueno dentro de un sueno? no será este tipo de amor algo así como un concepto mental que nace de un sueño? Mientras que exista la mas minima diferencia entre el observador y lo observado, mientras le sigamos huyendo a aquello que nos provoca sufrimiento y nos apeguemos a aquello que nos provoca placer, seguro que esto seguirá siendo así.

La realización espiritual, la abertura hacia lo nuevo y la alegría por aprender nuevas cosas son la mejor garantía para una vida larga y llena de frescura o con otras palabras el mejor alimento para un corazón saludable. Hay muchas personas de avanzada edad que nunca pierden el interés en cuanto a lo nuevo, que ven tanto la vida como la muerte como lo que son y que incluso en el atardecer de sus vidas disfrutan de lo que la vida alberga en todo instante. Algo que el maestro Ryokan expresa con los siguientes versos:


Las flores de cerezo que caen.
Incluso las que quedan también son flores que van a caer.
¿Qué dejo de herencia?

Las flores en primavera.
El cuco en verano,
Las hojas rojas en otoño.

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