LA CONFIANZA Y EL ZEN

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Nada impide
a las nubes que migran
ir en libertad

La confianza tal vez sea uno de los valores de más importancia en nuestra sociedad. Se puede confiar en la política, se puede confiar en la seguridad, se puede confiar en los ideales, se puede confiar también en un producto y se puede confiar en la religión. ¿Pero que es la confianza? ¿Qué significa confiar en alguien o en algo? Observamos que en el mundo que compartimos hay muchas y diferentes maneras de entender lo que es la confianza. Mientras que para algunos de nosotros tener confianza significa soltar el miedo y confiar en que todo de alguna manera ya se andará porque hemos hecho todo lo necesario para que las cosas vayan bien, para otros confiar en que todo irá bien porque pensamos que nos lo merecemos significa despreciar este instante, pues separamos entre este instante y otro que supuestamente será mejor.

Bajo confianza se entiende muchas veces también la habilidad de cerrar hasta la ultima puerta de escapatoria para dedicarnos con todo nuestro ser a aquello que nos apasiona o nos interesa de verdad. Otra manera de ver la confianza puede llevarnos a la conclusión que ya que no tenemos nada que esconder, la vigilancia a través de Internet o los otros medios de comunicación nos podría dar igual. Una comprensión que a los mas críticos entre nosotros les lleva a la pregunta ¿entendida de esta manera la confianza no será que estamos confundiendo la confianza con la comodidad y esto a costa de nuestra responsabilidad civil que es la base para la libertad del individuo y la democracia en una sociedad?

Y también existe la confianza en nosotros mismos. Aquella capacidad de creer en uno mismo y a partir de ahí mantener una relación sana y de respeto con los demás. Un sentimiento que crece a partir de una especie de autoevaluación, en la cual nos evaluamos a nosotros mismos en relación a un sistema de valores exterior. De esta manera entendida la confianza, esta tiene que ver mucho con la autoestima, con nuestros conocimientos, con nuestra experiencias, con nuestra formación o simplemente con la función que cumplimos dentro de un sistema social.
Así existen muchas maneras de enfocar lo que es la confianza. ¿Pero que es la confianza en el Zen? En el caso 89 de la colección de 300 Koanes del maestro Dogen – Eihei Shinji – expuesto en la entrada anterior, el maestro le preguntó a su Jisha


– ¿Qué piensas tu al respecto?.
Una pregunta a la cual el secretario le respondió :

– Confío completamente en tu comprensión maestro. 


Una respuesta que al maestro no le valió en absoluto, pues la confianza en el Zen va más allá de la dualidad y no permite que alguien niegue su responsabilidad escondiéndose detrás de una determinada función. Pues la práctica del Zen significa sobretodo implicarse. Implicarse con todo nuestro ser, a través de nuestro ser para ir más allá de nuestras opiniones personales y ser quienes somos de verdad. Y nos implicamos muchas veces no sabiendo si estamos en lo cierto o no. Pero nos implicamos. Y al implicarnos muchas veces acertamos y seguimos adelante y otras veces erramos y caemos. Diferentes caras de uno y el mismo movimiento, como lo podemos observar si seguimos adelante ya que después del caer siempre llega el levantarse. Tan infalible como a cada exhalación le sigue la inhalación.
Y el monje del caso expuesto se equivoca. Se equivoca al inicialmente no entender su responsabilidad y se equivoca en su comprensión sobre el caso pensando y exponiendo que el no rechazar y el no apegarse tiene algo que ver con un sitio determinado. El monje se equivoca, pero hay un detalle que en esta historia no puede quedarse sin ser comentado, pues a pesar de su error el monje en todo instante expresa lo que es la confianza en el Zen.

Pues sin comentario alguno, sin dar ni el mas minino espacio al rechazo o el apego, el monje sigue las instrucciones de su maestro y expone su comprensión. Una actitud que el maestro reconoce con claridad. Ve que el discípulo está completamente disponible y comprende que ha llegado el momento de expresarle también su confianza y con ella toda su compasión, ayudándole a dar un paso adelante enseñándole:

Tu solo haz rechazado un lugar pero sigues apegándote a este otro.

Ósea que la confianza en la relación maestro discípulo es esencial. Pero diferente a los otros tipos de confianza que ya conocemos, esta forma de la confianza no depende de alguien ni algo exterior o interior sino que tiene que ver únicamente con la actividad vital de zazen. Pues la confianza en el Zen nace de la mente que no se posa en ningún fenómeno y así se mantiene despierta y atenta y que a partir de ahí se encuentra con nuestra naturaleza original. La fuerza vital que no conoce impedimento porque donde no hay rechazo ni apego, no hay obstáculo que nos impida ir donde queramos ir. La mente en la cual no hay casa a la cual regresar y no hay lugar a donde ir porque en todo momento es Ahora y en todo sitio es Aquí.

A los monjes Zen también se les suele llamar Unsui. Una palabra que significa “nube, agua” y de la cual se dice que viene de un antiguo poema chino que dice: “migrar como una nube y fluir como el agua”. Así la misma palabra Unsui explica lo que es la confianza en el Zen pues nace de la certeza de lo que es nuestra naturaleza original. Como las nubes bajo el cielo azul que se mueven con toda libertad. Como el agua que fluye sin cesar.

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