DEMOCRACIA Y ZEN


Cuando he dejado de hablar, puedo escuchar – Tozan Ryokai

¿Que tiene que ver la democracia con el Zen? Tal vez sea la única conexión entre el Zen y la democracia el hecho que siempre que nos aferramos a un ideal nos estamos aferrando a una interpretación mental de la realidad, llámese este ideal democracia o llámese Zen.

Pero también es verdad que la predica del Dharma la podemos escuchar en toda la naturaleza, ¿entonces porque no también en la sociedad? Y efectivamente al escuchar con los ojos y al mirar con los oídos observamos la predica del Dharma también en lo social. Encontramos el Dharma en todos los vínculos de la sociedad y también en las raíces de la democracia moderna donde ya Kant decía que ser responsables en cuanto a las sociedad en la que vivimos requiere coraje civil. Un coraje civil que no siempre estamos dispuestos a invertir porque este significa implicarse. Implicarse y practicar la atención en cuanto a la opinión colectiva y aprender a caminar por la vida con los propios pies. Ósea que según Kant la verdadera democracia implica participación individual. Una participación donde el individuo se encuentra con lo social y que solo es verídica en este instante y en este lugar. En el Zen al coraje civil del que habla Kant le llamamos practicar la atención. Ósea que la práctica del Zen, la práctica de la atención, tiene que ver mucho con la democracia, si vemos la democracia como el estado de balance entre el individuo y lo social. Un balance que requiere toda nuestra atención porque continuamente estamos buscando estabilidad en nuestra religión, en la filosofía, en la política, en lo material y en lo espiritual. ¿Pero puede ser la estabilidad externa algo real en un mundo donde lo único que es constante es la impermanencia?

Ósea que si observamos con atención, nuestra confusión no radica en las palabras como democracia, razón, individuo o comunidad, si no que en lo que pensamos que las palabras significan. Pensamos que muchas cosas existen a la vez pero en este instante real existe solo lo que aquí y ahora tenemos que hacer. Y nos equivocamos una vez más si pensamos que a los que practicamos el Zen no nos concierne este proceso de creación de una realidad ficticia porque durante Zazen practicamos el soltar cualquier fenómeno mental. Nos equivocamos porque practicar verdaderamente Shikantaza significa soltar incluso el soltar. Soltar cualquier expectativa y aceptar y vivir la vida tal y como se presenta, más allá de cualquier discriminación. ¿Cómo se vive la vida más allá de cualquier discriminación? Haciendo en este instante lo que debemos hacer. Una cosa tras otra. De esta manera no solo que comenzamos a apreciar de verdad lo que todo instante no trae si no que nos hacemos responsables por los pasos que damos sabiendo en todo instante que caminamos solos dentro de la unidad y que somos independientes al caminar.

Podemos observar de esta manera que el Dharma, las enseñazas del Buda, las encontramos en todas partes, incluso en lo social. En el Teisho sobre la sobre la transmisión del Dharma del maestro Tozan (1), el maestro Keizan relata como este experimentó la gran iluminación:

– ¿Quién puede escuchar la prédica del Dharma de los seres no sensibles? (preguntó Tozan)
– Los seres no sensibles pueden escucharla – replicó Ungan
-¿Tu puedes escucharla? – preguntó Tozan.
– Si yo la escuchara tú no podrías escucharme predicar el Dharma – contesto Ungan
– ¿Por qué no puedo escucharla? – dijo Tozan.
– ¿La escuchas? – preguntó Ungan, levantando el Hossu.
– No, no la escucho – respondió Tozan Ryokai.
– Si no puedes oír mi prédica del Dharma ¡cuánto menos podrás escuchar la prédica del Dharma de los seres no sensibles! dijo Ungan.
– ¿Cuál es el fundamento escrito de la prédica de los seres no sensibles? – preguntó Tozan.
– ¿Acaso ignoras que el Amida-Sutra dice que “Los arroyos, los pájaros y los árboles testimonian a Buda y predican el Dharma”?
Al escuchar eso, Tozan despertó.

(….)

El maestro todavía tenia algunas duda pero todas se disiparon cuando, al regresar, atravesó un arroyo y vio reflejada su imagen en el. Entonces despertó a la gran iluminación y dijo:

No lo busques fuera de ti
O te alejaras del Yo.
Ahora estoy a solas
Y soy independiente,
pero me rodea por doquier.
El es yo
pero yo no soy El.
Cuando lo entiendas
serás uno con la Totalidad.

(1) Según: Francis Dojun Cook (2006): Denkoroku (Crónicas de la transmisión de la luz) Maestro Keizan. Barcelona.

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