DESILUCIONES

Cantos, montañas, gente, hierbas y arboles
No son mas que el canto del gallo
¿Quién queda para poder decir: “Oigo el canto”?

En la vida cotidiana entendemos bajo desilusiones una experiencia negativa en la cual experimentamos que hemos interpretado las cosas de manera errónea y que cuestionan nuestra imagen de la realidad. Así, la desilusión provoca frecuentemente sentimientos de sufrimiento y de desengaño y por lo tanto intentamos de evitarlas. Esto es así porque por lo general entendemos que al huirle a aquello que nos provoca sufrimiento vivimos mejor.

En el Zen, diferente a la vida cotidiana, a la desilusión le damos la bienvenida porque si esta se da es porque hemos superado alguna ilusión. Visto así aquello que nos provoca dificultades en realidad representa una valiosa oportunidad para despertar a nuestras ilusiones y ver las cosas como verdaderamente son. Esto no significa que dábamos negar nuestras cualidades o que debamos deshacernos de aquello que amamos pero si, abrirnos a todo instante de manera plena sin rechazar ni apegarse a nada. Nosotros mismos somos el fundamento de nuestra práctica y esto significa también aceptarse tal y como somos. Muchas veces los practicantes de Zen nos equivocamos en este sentido, porque pensamos que el ego es algo malo que debamos aniquilar, de eliminar. Pero la práctica en el Zen es mas bien un encuentro con nosotros mismos, con nuestras ilusiones y por lo tanto también con nuestras desilusiones.

Una de las ilusiones mas frecuentes a las que nos enfrentamos es justamente la concepción errónea que nos hacemos acerca del “yo”. Si miramos superficialmente, nos vemos de manera separada y opuesta a los demás. Pero a través de nuestra práctica de Zazen tenemos la posibilidad de ver con claridad que aunque el “yo” no exista el “yo” ilimitado exista.

Visto así nuestra práctica de Zazen consiste justamente en exponernos a nuestras ilusiones y aprender a ver no solamente desde nuestra percepción selectiva, que discrimina entre lo que prefiere y lo que rechaza, sino que en su contexto real e ilimitado. Siendo asi resulta comprensible que en nuestra práctica para superar las ilusiones sea imprescindible que la comprensión este acompañada de la perseverancia, porque solo de esta manera seremos capaces de superar las infinitas desilusiones que se nos presentan a lo largo de la práctica.

En el Shobogenzo Zuimonki el maestro Dogen dice al respecto:

Muchas personas dicen “Yo deseo practicar la Vía, pero el mundo esta degenerado y yo tengo solo capacidades inferiores. Yo no puedo aguantar la práctica formal de acuerdo al Buda Dharma. Yo quiero encontrar una manera mas fácil de acuerdo a mis posibilidades, establecer una conexión con Buda y a lo mejor en otra vida experimentar la iluminación”. Esto es completamente erróneo. Categorizando los tres periodos del tiempo como el verdadero Dharma, la semblanza del Dharma y el último Dharma es solo un expediente temporario. Los monjes en el tiempo del Buda no eran necesariamente ilustres. En realidad había incluso algunos que eran increíblemente inferiores en sus capacidades. Por eso el Buda estableció varias formas de preceptos para poder satisfacer las cualidades inferiores o superiores de las personas. Sin excepción cada cual es un recipiente del Dharma. Nunca pienses no ser un recipiente. Solo si tú practica esta de acuerdo a la enseñanza obtendrás la realización sin falta. Porque tienes mente, eres capaz de distinguir lo falso de lo verídico. Tienes manos y pies y por eso no te hace nada mas falta para practicar gassho y caminar. Consecuentemente al practicar el Buda Dharma no te preocupes por si eres capaz o no. Todos los seres vivientes en el mundo humano son recipientes del Buda Dharma”

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