DOLENCIAS

Dolencias

La luz, el cielo,
El agua y el viento
Todo es el mar.

Volver a la respiración, volver a la postura corporal es volver a la realidad. Es volver a la verdad que se encuentra más allá de la emoción y es así la demostración mas evidente y clara sobre Magga, el camino que conduce a la liberación. Así tal vez sea esta simple acción de volver a la respiración una de experiencias mas gratificantes y reveladoras que puede haber. Este precioso momento en el cual descubrimos que el sufrimiento esta en nuestra propia mente y que esta en nuestras propias manos liberarnos de el. Un instante que así nos revela nuestra propia responsabilidad y que de esta manera nos devuelve nuestra autonomía y con ello nuestra libertad.

Tal vez sea este lugar, la mente que ha vuelto a su condición normal, un estado que todo practicante conozca mas o menos bien. Incluso aquellos que no practican la meditación. Pues es como el momento en cual descubrimos la verdad absoluta en nuestro propio interior. El intimo instante en el cual comprendemos con la mente, el cuerpo y el corazón que por mas que una ola se crea independiente, indomable o singular esta siempre será parte del mar. Una imagen reveladora y que sobretodo nos parece indicar con claridad que el mar es la realidad mas allá de cualquier separación y la ola aquel mundo relativo en el cual el ego se suele mover. Una verdad que cuando la experimentamos por primera vez nos otorga protección dentro de la inseguridad. Que nos hace sentirnos acogidos dentro del inconsumerable océano de la verdad. Que nos acoge y nos anima a seguir descubriendo los colores del océano y a explorar los misterios que albergan las profundidades del mar.

Pero ante este todo este proceso de liberación que comenzamos a experimentar, de manera simultanea y silenciosamente hay otro fenómeno que ocurre y que muchas veces se queda fuera del alcance de nuestra atención. Que actúa silenciosamente como un automatismo oculto en nuestra manera de pensar. Nos referimos al habito mental que sucede de manera automática cuando después de haber despertado ya algunas veces de la actividad mental asumimos que el sufrimiento comienza cuando nos separamos de la unidad. Cuando nos hemos alejado del rebaño. ¿Pero será esto verdaderamente así? O para expresar más claramente lo que queremos decir ¿acaso será posible separarse de la unidad? Una pregunta que por una parte dejaremos sin responder para que cada cual siga a su manera en la realidad más allá de la separación pero que desde otra perspectiva sobretodo nos indica que creer que debemos luchar para defender la verdad absoluta en realidad representa una enfermedad espiritual. Una dolencia a la cual se le puede llamar apego, falta de Fe o también temor.

¿Por qué apego, temor o falta de Fe? Simplemente porque nos hemos apegado a una visión parcial de la realidad. Porque todavía no hemos comprendido que la verdad esta mas allá del dualismo que conlleva nuestra contradicción personal. O porque todavía no hemos llegado ha interiorizar íntegramente el movimiento de la actividad mental que como una ola sobre la superficie del océano, se mueve en un constante ir y venir.

Y que la lucha en nombre de un Ideal esta mas cerca de una dolencia que de la verdad es algo que muchas veces se puede apreciar a primera vista, ya en la forma, cuando por una razón u otra aparentemente no todo tiene espacio dentro de la compasión o el amor.
Una enfermedad que frecuentemente va de menos a mas. Que evoluciona cuando apegados a nuestra propia visión de la verdad estamos dispuestos a hacer el mal el nombre del bien. Que se contagia a través de la manipulación y que desarrolla todos su potencial destructivo cuando en nombre de las enseñanzas de Buda o la voluntad de Dios persigue, discrimina, manipula o incluso mata a otros en nombre del amor o de la compasión. Ovio que ni Buda ni Dios justificarían el crimen en su nombre. Entonces ¿cómo dudar del hecho de que esta no puede ser otra cosa que solo una interpretación parcial de la verdad?. Y para ser mas claros aun: desde la perspectiva absoluta, toda verdad parcial, no es otra cosa que una distorsión de la verdad. Ósea que por sofisticado o inteligente que sea nuestro plan, este no hace otra cosa que expresar nuestro propio sufrimiento. Lo que ocurre por ejemplo cuando se intenta crear conflicto entre los que creen y los que no creen en un ser superior, o cuando se intenta instrumentalizar el feminismo porque consideramos que esta es la bandera de moda que vende mas. Intenciones que todo quien a alcanzado la verdadera libertad en su senda espiritual siempre verá claridad. y no porque pueda leer los pensamientos ajenos, sino porque ve con claridad la dolencia que hay detrás.

Quizás explique todo esto porque en el Zen se recomienda pasar los primeros años de nuestra práctica en estricto silencio. Para observar la impermanencia y para encontrarnos con nuestra naturaleza original. Hasta el punto en el cual desde el vacío llegamos a la conclusión que la forma mas allá del materialismo es la realidad. Hasta que el vacío pierde todo el nihilismo que frecuentemente se ve detrás del mundo material porque hemos comprendido que aquello a lo que llamamos el vacío todo lo contiene en si. Hasta que comprendemos profundamente que el verdadero ser no es otra cosa que la impermanencia misma. Una experiencia que hace cambiar nuestra visión desde adentro para afuera en todos los ámbitos y en todas las direcciones de manera radical. Sea en cuanto a la convivencia entre culturas diferentes, sea en cuanto a la emigración de refugiados, la homofobia o también en cuanto al papel de la mujer en la sociedad. Y es que visto desde lo absoluto, si todos somos la impermanencia misma ¿como podría haber algo que nos pudiese distinguir? Y desde ahí naturalmente brota toda otra reflexión mas. Ya no cuestionamos las razones de un emigrante que deja atrás su país, no nos preguntamos si ha dejado atrás su hogar por razones políticas o económicas o si buscando su provecho personal sino que vemos en primer lugar otra cara de nuestro propio yo que pide ayuda y protección. Algo parecido ocurre con las culturas diferentes que visto desde una vista parcial se encuentran en oposición pero que desde una visión absoluta no son otra cosa que diferentes expresiones de una y la misma humanidad.

Algunas veces no adoptar practicas sectaristas como la exclusión, la persecución, la intimidación en nombre del bien es interpretado como una señal de debilidad. Esto porque se entiende que debemos saber proteger el bien. Por esta razón volvemos a cuestionar: ¿Que es el bien o la libertad en el budismo Zen? La respuesta mas adecuada que encontramos es: No hacer el mal. Es el noble camino, es Magga, es volver a la respiración, es volver a la postura corporal, es volver a la realidad. Una y otra vez.

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