La voz del árbol,
Frente a la montaña,
La voz del viento.
A pesar de la inmensa aurora que emerge de el dicen que el árbol esta preso. Es que no ven la frescura y sonoridad que suelta en el yermo. El viento puro que cambia de instante a instante de dirección lo percibe y le presta por un segundo su voz y con su cálido aliento el árbol le pregunta ¿a donde vas?
Si, es verdad hay una simetría entre nuestra sombra y lo que ocurre en nuestro interior. Como también es verdad que hay diferentes vías para aclarar la negatividad que llevamos en nosotros y que nos impide percibir que el verdadero enemigo no está en el exterior. Suficiente con cuestionarnos que es lo que nos motiva de verdad. ¿Es la culpa, será miedo, o será incluso auto humillación? O por otra parte ¿es la búsqueda implacable de la verdad, es la empatía o es la aspiración de llegar a la compasión, ahí donde todo lo que distingue al otro de mi se diluye en la unidad?. Así es, no muchos de nosotros llegamos a cuestionarnos hasta el final. Y esta claro que no se trata de fortaleza o debilidad, como tampoco de inteligencia o idiotez y es que este es el lugar donde a muchos nos duele de verdad. El sito donde habitan los demonios, los complejos, las serpientes, otros le llaman el monstruo que llevamos en nuestro interior. En el budismo le llamamos el Karma. En toda dirección la interminable corriente de causa y condición. Y le podemos llamar también la sombra. Ahora, podemos ver nuestra sombra como nuestro enemigo pero también como una fiel compañera. Yo elijo esta segunda interpretación, pues es lo que me permite fluir y avanzar. Así que opto por observar con atención la hipocresía que creo ver tanto en mi como también en la sociedad a mi alrededor.
Se dice que la palabra hipocresía viene del griego y se compone de las palabras hypo que significa «máscara» y crytes que significa „respuesta“ por lo que la palabra en si significaría „responder con mascaras“. La palabra hipocresía puede ser entonces comprendida como la palabra de alguien que finge o pretende ser alguien que no lo es engañando a los demás, o más allá incluso como la negativa de aplicar en nosotros mismos los valores que aplicamos en otros. Siendo así claramente puedo observar en la hipocresía una separación entre yo y los demás. Algo que en si se mueve entonces en dirección contraria a mi practica de unidad. Así que observo la mas inmediata realidad, pongo en ella toda mi atención, me quedo ahí en ese mismo lugar hasta que comienzo a interpretar nuevamente la realidad, a darle una cierta forma en cierta dirección aun entendiendo que la más inmediata realidad no es algo que conoce limitación. Me pregunto si será este el momento en cual la hipocresía comienza pero me doy cuenta que este no es así ya que si acepto que la palabra siempre será solo una interpretación, ósea que no la realidad misma sino que solo un fragmento de la realidad, no habría ninguna clase de confusión o contradicción. Osea que el problema no acontece ahí, la hipocresía no aparece al decir „yo“. Mas bien creo observar que comienza en el momento cuando creyendo haber entendido algo comienzo a poner en practica mi comprensión y me veo llamado a darle una determinada dirección a esta comprensión. Con otras palabras cuando comienzo a decirme que el fin justifica los medios. Es ese el verdadero momento en el cual la hipocresía comienza. Es este el momento en el cual podemos observar nuestros hábitos y donde se pone a prueba nuestra conciencia. Lo veo en mi pero también en la sociedad a mi alrededor. En la sociedad en la que vivimos observamos como se premia al que más llama la atención. Sea con Fake News, Postverdades, mentiras o falsas acusaciones, quien más llama la atención de los medios de comunicación se lleva el premio del campeón. ¿Puede ser esa la base para una sociedad más empatica y solidaria? Claro que no. Y todos lo sabemos. ¿Pero cuantas veces no entramos todos en el mismo juego? Decimos „facho pobre“, „traidor“, „extranjero“, „emigrante“, „machista“ con tal de justificarnos a nosotros mismos, nuestros ideales o nuestra moralidad. Osea que para decirlo mas claro: la hipocresía acontece tanto en el exterior como en nuestro interior. En el exterior, cada vez que apuntamos hacia afuera con la intención de instrumentalizar información. Con la trágica consecuencia de que cuando lo hacemos en realidad nuestra propia hipocresía nos esta impidiendo ver los verdaderos mecanismos de dominancia y la sistemática que se encuentra detras de la manipulación. Y acontece simultáneamente también en nuestro interior. Pues cada vez que apuntamos hacia afuera o hacia otros con la intención de instrumentalizar información en realidad nos estamos impidiendo a nosotros mismos hacernos conscientes de cuales son nuestros propios hábitos nocivos y como estos dominan nuestro interior. Por eso otra vez más: el fin no justifica los medios. Esto vale para mi, como también para la politica, las elecciones al igual que para los medios de comunicación y todo movimiento social. Por eso con otras palabras: No hay camino a la paz. El fin no justifica los medios. La paz es el camino. Si no hay paz en el interior jamás la podrá haberla en el exterior. Es lo que me dice mi sobra cuando la acepto e incluso la disfruto con todo mi ser.
El viento puro responde a su manera. Danzando sobre la montaña, moviendo tanto el aire, el pasto, como las ramas. El árbol conoce el mensaje ¿como de otra manera podría dejar tan tranquilamente que cayesen las hojas? No, el árbol no esta ni preso ni solo. Le acompañan la montaña, las hojas, el pasto, el viento. Todo a su alrededor.