Aquí y Ahora,
Ayer, hoy y mañana
Son un instante
Delante del espejo del tiempo muchas veces me he preguntado porque todo ocurre siempre de otra manera de lo esperado. Y es que siempre que deseo ser yo mismo el amo de mi propio destino y que me esfuerzo para darle a mi vida el rumbo que yo quiero, algo inesperado surge que todo lo cambia y las cosas ocurren de otra manera a como yo lo esperaba. Y eso que invierto toda mi energía y hago todo para que mi sueño se cumpla y se haga realidad. Y aun así, a pesar de toda previsión, a pesar de cualquier planificación, a pesar de que todos mis esfuerzos, siempre aparece algo que me impide ignorar el hecho que la verdad y las esperanzas muchas veces no tienen nada en común. Y no solo que el anhelo y la realidad frecuentemente estén lejos de ser uno, sino que siempre que intento yo mismo determinar lo que quiero para mí y mi vida, siento que la realidad se vuelve más confusa aun. En momentos así me siento impotente, plenamente rendido a mi destino y todo alrededor mío pareciese recordármelo sin cesar. El ruido en la ciudad, los conflictos en los medios, la pobreza, la intolerancia, el calentamiento global y también los animales y su miedo. Aquel miedo que deben haber pasado antes de morir y que algunas veces creo poder sentir al masticar.
Perdido con la mirada puesta en la lejanía del tiempo
En momentos como estos no es un final feliz lo que veo al horizonte del tiempo sino que nubes oscuras que todo lo cubren como un telon. Eso es muchas veces todo lo que veo cuando dirijo la vista hacia aquel tiempo que no ha llegado aún. Hay que recapacitar para que el futuro de las generaciones que vienen no este perdido antes que haya ocurrido, me digo yo. No es necesario ser profeta para enderlo, concluyo. Y aunque hubiese un profeta que pudiese predecir el futuro ¿sería yo capaz de comprender su profecía? Como aquella que le dio el oráculo Delphi al rey Creso. El oráculo que le estaba consagrado al dios Apolo una vez fue preguntado por Creso acaso debía emprender la guerra contra el rey de Persia. A esto el oráculo respondió que eliminaría un gran reino. Creso atacó, y perdió. Había malentendido la profecía del oráculo que como Apolo enseñaba: ¡Reconócete a ti mismo!. En vez de eso Creso, ciego por su propia interpretación de la sagrada ensenhanza, miró hacia la lejanía y omitió que era su propio reino al que se refería el oráculo. ¿Ósea tiene algún sentido querer prever aquello que no ha acontecido aún? me pregunto yo. ¿Qué es lo que buscamos verdaderamente en el tiempo lejano? ¿Es la felicidad? ¿Es la esperanza? ¿La Seguridad? Preguntas que me demuestran que las nubes oscuras en el horizonte no son otra cosa que mi propio temor.
La lejanía vista desde cerca
Ósea que el futuro es incierto, concluyo nuevamente yo. Y con esta conclusión simultáneamente me doy cuenta que el futuro comienza aquí mismo, en este instante. ¿Cómo si no se explicaría que la mirada perdida en la lejanía del tiempo condiciona en este mismo instante nuestro ser?. ¿Son reales la nubes oscuras que veo en el horizonte o son más bien el producto de una confusión? Lo intento comprender, lo analizo, lo intento ver objetivamente para que nada sea olvidado. Para que todo sea incluido. Busco recetas. Puentes que me ayuden a cruzar del ahora al futuro y que cumplan con mi exigencia de hacer algo bueno también por los demás. Hasta que encuentro una manera: “Ningún recurso natural debe ser consumido a un tiempo más alto que el que se requiere para cubrir las necesidades de la propia generación”. Una idea prometedora encuentro yo. Pero que a segunda vista según mi parecer también deja espacio para la especulación. Pues me pregunto si hay algo que verdaderamente puede ser sustentable si no somos capaces de comprendernos a nosotros mismos. Sin considerar que todo fenómeno externo corresponde con lo que ocurre en nuestro interior. Una conclusión que deja huellas y me da pistas sobre la senda a seguir. Dirijo la atención hacia adentro y desde esta perspectiva comprendo que aquello que tiene validez en el exterior vale también para el mindo interior. Así como toda nube en el horizonte corresponde a un temor en nuestro interior, todo aquello que ocurre en nuestro interior se manifiesta también en el exterior. Ósea que si buscamos soluciones ahora para problemas del futuro, estas deben considerar que la unidad entre lo interior y lo exterior existe y que la forma de esta unidad cambia de instante a instante. La unidad cual comprende en si tanto el pasado como el presente así como también el futuro. Visto así, nuevamente llego a la pregunta ¿Qué será este instante?
Cuando la lejanía del tiempo y el Aquí y Ahora son uno y el mismo sitio
Me doy cuenta que este instante todo lo contiene en si. Tanto el pasado, como el futuro, el presente así como todos los fenómenos que mi mente puede alcanzar. Las nubes oscuras, el invierno, el horizonte, la primavera, los montes, el océano, la luna, el sol. Se dice que después del invierno viene la primavera, pero me doy cuenta que cuando la mente es íntegramente este instante, la primavera ya está aquí. Así, sin hacer planes, sin que previsión alguna sea necesaria las nubes se disipan y la vista queda libre hasta el horizonte. ¿Pero no sería este instante también una abstracción mental, si el tiempo no estuviese ligado al ser? El ser comprendido como este mismo instante que a la vez es la vida misma. El ser que me demuestra aquí y ahora que en realidad no hay ningún camino hacia la realidad, porque el camino está siempre debajo de nuestros pies y se hace con cada paso. Algo que vale tanto en los tiempos buenos cuando todo va como quiero yo como en los malos cuando tengo la impresión que se ha extendido una red inmensa con la intención de despojarme de mis sueños. Incluso entonces cuando me doy cuenta que la realidad está lejos de ser lo que a mí me hubiese gustado que fuese. Ya que si le dedico a este instante toda mi atención cargo nuevas fuerzas y descubro así que incluso todo dolor, decepción o incluso el temor son aspectos del ser y que como tal siempre son también una ocasión para crecer. Así confronto a las nubes oscuras dentro de mí con la unidad del aquí y ahora y descubro que no hay razón alguna para desistir de mis sueños. Comprendo que mis derechos y mis sueños no requieren ninguna justificación. Incluso ni frente a mí mismo ya que los sueños están para vivirlos. ¿Y los derechos? Los derechos se toman sin más.
El ser es este instante
Así descubro que si la vista no se queda fijada en algo lejano, ni por más felicidad o belleza que invoque la promesa, todo lo que existe es un espacio libre en el cual no se distingue entre adentro ni afuera. Simplemente una vasta amplitud sin fronteras en la cual todo pensamiento, todo sentimiento así como gesto ocurre espontáneamente y sin esfuerzo y naturalmente es benevolito y sustentable a la vez. A través de los tres tiempos y en todas las direcciones. Como una gota de agua, que antes fue una nube y que ahora vuelve a ser el océano. De esta manera la unidad de este instante me enseña que primero está el ser y después el pensamiento. Aunque el pensar sea una característica que a nosotros humanos nos destaca. Pues nuestra capacidad de reflexionar sobre nosotros mismos y nuestro futuro no es la realidad. La realidad ya ha pasado antes de que nos hagamos conscientes de ella. De esta manera me doy cuenta que no es de extrañar que el pensar no pueda alcanzar lo que este instante es ya que este momento no solo incluye en si el pasado, el presente y el futuro sino que también a nosotros mismos. Y con nosotros mismos también todas las cosas y seres. Y todo esto aquí mismo, en este mismo lugar y en este mismo instante.
Nota: informamos que el retiro y la charla con Saikawa Roshi se llevaran a cabo de la siguiente manera:
Día 10. de Julio, 19 Horas: Charla Dharma:
“La Meditación para el hombre y la mujer del siglo XXI. Tradición y Actualidad”. Club de la República, Marcoleta 659, Santiago. Entrada liberada.
El afiche de la charla se encuentra aquí.
Día 11. a 13. Julio: Zazenkai. La jornada comienza el día viernes a las 19Hrs. y durará hasta el domingo 13Hrs. Incluye dos noches de alojamiento y dieta vegetariana. Lugar: Zendo las Rocas de Santo Domingo, V Región. Para información adicional e inscripción: Tel: 62253083 o por email bajo: meiyo@gmx.net
El afiche del retiro se encuentra aquí
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