Felicidad significa dejar de perseguir la felicidad. Satori no significa comprender Intelectualmente. Significa mantenerse inmóvil pase lo que pase – en la vida y en la muerte. Muchos creen que el espíritu apaciguado significa liberarse del sufrimiento para encontrar más felicidad. Eso es erróneo. Por grande que sea nuestro sufrimiento, se trata de no pegar con los pies y los puños alrededor nuestro sino que mantener la calma. Si quieres observar el estado de aquel que no tiene el espíritu apaciguado, mira a un ratón que se encuentra en una trampa. Patalea con todas las fuerzas de su cuerpo. Si alguien lo ve le pone a un gato para que se lo coma y el gato se come al ratón con placer. Así entiendes que el patalear es solo una perdida de fuerzas. Mejor siéntate tranquilo en Zazen. ¿Como podría tener un ser humano un espíritu apaciguado? El verdadero problema es ¿que hacemos con este ser humano? Lo que hacemos con este saco hediondo de carne es el problema. En la enseñanza del Buda no hay dos, la persona normal y el Buda. El espíritu apaciguado no esta sentado ahí como una piedra. La enseñanza del Buda se realiza por medio de la práctica. Esta se realiza con el cuerpo. Esto significa que la relajación adecuada y el orden de los músculos y tendones tienen que ser el punto del cual se trata en zazen. Práctica significa ejercitarse con un enfoque hacia la vida en la cual zazen es el patrón de vida. Donde esta práctica se ejercita, el espíritu apaciguado se manifiesta de manera omnipresente. El enfoque de la vida debe ser la práctica misma.
En el centro de la neblina de otoño, solo si tiras la soga con todo el corazón suena el cascabel en el campo de arroz al lado de la montaña. Llamas el nombre de Buda y a la vez quieres también llegar al paraíso – que despilfarro. El llamar al Buda es en si pasar al paraíso, mas allá no es necesario hacerse preocupaciones innecesarias. No es necesario llamar el nombre de Buda y además esforzarse para llegar al paraíso. Tokuhon escribe: “Namu Amida Butsu” (tomo refugio a Buda Amida) – solo decir esto es suficiente. Incluso para llamar el nombre de Buda vale lo mismo – da lo mismo si se nos apacigua el espíritu o no – lo importante es “simplemente” hacerlo.
«A ti quien se agarra tan fuerte de su espíritu apaciguado que se llega a poner muy nervioso» / An Dich / Zen ni kike – Sawaki Kodo. Traducido del Japonés por Muho. Frankfurt, 2002.
Gasshõ
Fuera o adentro de la ciudad, Buda o seres sensibles, todo esto en este mismo instante es inexistente, son creaciones de la mente. No es necesario preguntarse como actuar dentro de este flujo de causas y condiciones, por que las respuestas surgen con la situación misma. En este sentido la convivencia es similar a la respiración: hay que permitir que se desarrolle de manera natural, haciendo lo que se tenga que hacer y desistiendo de lo que no se debe hacer. ¿Te gustan los pastelitos de arroz?