La flor de loto,
Se abre cuando llega,
La luna llena.
La Flor de Loto es el símbolo del Budismo. El símbolo de la pureza que existe en el mundo de la impureza. El símbolo del nirvana dentro de samsara. La flor de loto crece siguiendo al sol y florece al atardecer, se alza sobre un tallo que le mantiene distante del lodo a su alrededor. Es el símbolo de aquellos que han encontrado la naturaleza de Buda dentro de si.
El Sutra del Loto o el „Sutra de la flor de loto de la maravillosa ley“ (en Sanscrito «Saddharma-pundarika-Sutra» o en Japonés «Myoho-renge-kyo» es uno de los textos mas influyentes del Budismo Mahayana y sin duda alguna de central importancia en la obra del maestro Dogen. Escrito varios siglos después de la muerte de Shakyamuni Buda, el texto se compone de 28 capítulos que contienen sermones de Buda, diferentes parábolas, poemas e historias provenientes de diferentes regiones de Asia. El texto transmite diferentes aspectos de la enseñanza budista que presentan al Buda tanto como un personaje histórico como también una figura que transciende la historia y el tiempo como la encarnación del orden cósmico o el Dharma, lo que le hace una verdadera joya entre las enseñanzas budistas. Ya en el capitulo 2. se refleja una de las enseñazas mas importantes del budismo que consiste en que todos los seres sin excepción alguna pueden alcanzar la iluminación y convertirse en Buda. Todos los seres humanos tienen la naturaleza de Buda, lo que libera a todo ser humano de cualquier clasicismo sea espiritual o social. Una enseñanza que se refleja también en la historia del hijo perdido. Un cuento sumamente importante no solo para el Budismo sino que tambien para el dialogo intercultural actual. Pues la misma historia se encuentra tanto en el Sutra del Loto como en tambien en la Biblia. Con la única diferencia que en la Biblia al final de la historia el hijo reconoce al padre mientras que en el Sutra del Loto esto no acontece. Siendo un texto que se aplica a diferentes contextos culturales las interpretaciones pueden ser diferentes aunque no deja de asombrar su similitud. En el Sutra del Loto el padre simboliza a Buda Shakyamuni que intenta reencontrarse en su hijo mientras que en la Biblia el padre simboliza a Dios. Una interpretación que en ultima instancia permite deducir que la enseñanza que todos los seres sin excepción alguna pueden alcanzar la iluminación y convertirse en buda tiene un significado similar al mensaje de la Biblia que indica que Dios acepta de manera incondicional al pecador como pecador, tal como el padre acepta a su hijo.
Conclusiones con las cuales tanto el Sutra del Loto como la Biblia y el dialogo intercultural recobran toda su actualidad. Pues desde una perspectiva que enfoca su atención en lo que nos une en vez de acentuar la diferencia cultural, desde el dialogo intercultural, se reconoce con mas claridad que no son las religiones las que separan a los seres humanos, sino que nuestra percepción de la realidad. Nos encontramos así frente a frente con el origen del sufrimiento y reconocemos: depende de nuestra propia comprensión, de nuestra propia psique, de nuestro propio espíritu si enfocamos nuestra atención en lo que nos separa o en lo que nos une. Esto vale tanto si creamos en Dios, en Buda o si no creemos en nada. E incluso podemos dar un paso más allá cuestionándonos ¿de donde surge entonces el fundamentalismo cultural o la exclusión en nombre de la religión, tal y como se puede observar hoy en día tanto en la sociedad como en los medios de comunicación? Tal vez reconozcamos con claridad: en nuestro interior. Si no hubiese temor en nuestro interior, si no hubiese duda sobre quienes somos de verdad no habría confusión y en consecuencia tampoco habría agresión. Así llegamos a la comprensión de lo que puede ser el lodo y lo que es la flor del loto en la actualidad. ¿Pero que significa florecer? En medio del lodo, de la actividad mental, una posible interpretación del florecer puede significar aceptar. Aceptación de nuestros miedos como de toda otra ilusión. Para que dejen de dominar nuestra percepción y para hacer de ellos la fuente de la que se nutre el florecer. Dándonos a entender que hay diferentes maneras de comprender la aceptación. Existe la comprensión de la aceptación como un doblegarse ante la presión. Pero si mantenemos presente la atención de nuestro ojo interior, tarde o temprano reconoceremos que si se entiende la aceptación como un doblegarse ante la presión entonces solo porque no nos hemos aceptado a nosotros mismos de verdad. Debido al miedo que se encuentra en nuestro interior. El miedo a perder, el miedo a lo desconocido, el miedo al oscuro fin que está por venir. Pero la aceptancia puede ser mucho mas que eso. Puede ser también un firme SI a la vida. Lo que se manifiesta cuando desde lo profundo de nuestra inseguridad nace aquello de lo cual estamos convencidos que está bien. Lo que trae consigo aun otra cara de la aceptación, la de la responsabilidad, dándole a la sabiduría y a la compasión aun un rostro más. Pues cuando la aceptación de nosotros mismos es suficientemente profunda surge de instante a instante la comprensión sobre aquello que más allá de la dualidad está bien y de lo que está mal. Por ejemplo en relación a las diferencias culturales o religiosas. Esta bien compartir comprensión sobre aquello que nos une. Está mal utilizar lo que nos distingue para excluir o para legitimar la propia identidad. En este sentido aceptar significa también constante atención en lo social lo que nuevamente deja expuesto que en en Budismo es imposible florecer sin que florezcan también los demás.
Con lo que arribamos a otro aspecto de la flor de loto. El loto florece y produce semillas al mismo tiempo. Lo que simbólicamente representa la simultaneidad de la causa y efecto. El instante, que es este momento, en el cual Nirvana acontence en medio de Samsara. En el cual lo puro se manifiesta en lo impuro. En medio de las circunstancias concretas de nuestra vida cotidiana.