EL VERDADERO HOGAR


Zazen permite aclarar directamente la fuerza del espíritu y permanecer tranquilamente en la condición original. A esto se le llama la revelación del verdadero rostro o el descubrimiento del paisaje del país natal – Keizan Jokin

Al margen del pueblo donde yo nací, al lado de un pequeño arroyo y debajo de un gran sauce llorón hay desde hace muchos años una piedra. Una piedra grande y gris esculpida por el viento, el sol, la lluvia y el tiempo sin fin. Un lugar en el que he pasado muchos momentos especiales de mi infancia y que solía frecuentar. Algunas veces venia con otros niños por aquí. Jugábamos y nos contábamos lo que nos decía el corazón. Otras veces venia solo para estar un poco mas cerca de mi. Habían también momentos de silencio en los cuales nos sentábamos y escuchábamos lo que el canto del viento nos quería decir. Las ramas que susurraban, la generosa sombra del árbol, el alegre alboroto de los pájaros, el infinito canto del arroyo, toda la naturaleza nos contaba sus propias historias sobre la verdadera esencia del tiempo. Momentos emotivos de una profunda compenetración tanto con las personas como con este lugar, que hasta ahora cuatro décadas después han dejado huellas en lo mas profundo de mi ser.

Con mi hija frecuentemente hemos vuelto por aquí. Un lugar que desde su más temprana infancia ella ha aprendido a querer y apreciar y del cual sin duda siempre ha sabido lo que significa para mi. Aun así, ella nunca ha dejado de preguntar:

„Papá ¿por qué es este lugar tan especial para ti?”
“No lo sé, no lo puedo explicar.”

Creo que esta respuesta jamás le fue suficiente aunque estoy seguro que siempre comprendió que esta era la respuesta mas sincera que le podía dar. Simplemente no podía explicar de donde venia esta conexión tan especial que sentía por este lugar y le agradecía que me respetara mi inseguridad. En realidad tenia la esperanza que las respuestas llegasen cuando yo mismo tuviese suficiente madurez. ¿De donde venia esa indescriptible conexión con este lugar? Este sentimiento de sentirme cerca y lejano a la vez no me dejaba en paz. ¿Era que el tiempo no existía en ese lugar? ¿O era porque ahí era donde se podía escuchar el canto del verdadero ser?

Un día, después de una larga caminata a lo largo del arroyo mi hija y yo reposábamos sobre la piedra donde el sauce nos protegía de los rayos del sol de verano. Ella me pidió el agua y le pasé la botella. En eso me llamó mucho la atención cuanta semejanza había entre su rostro y el de su mamá, siempre lo habia pensado pero esta vez fue algo diferente. Sorprendente como se parecen, me dije yo, cuando sin cualquier preanuncio ese sentimiento de lejanía y cercanía aparecía otra vez. Era un sentirse extraño y muy familiar a la vez. Miré a mi hija nuevamente y mi cuerpo se relajaba cuando comencé a comprender: es real. La profunda conexión que siento en este instante con este sitio surge porque es mi hogar. Mi verdadero hogar. El sitio y el instante donde el agua, el árbol y sus ramas, el viento y las preguntas de mi hija y hasta mis recuerdos me dice: no es una coincidencia que este hoy aquí. Mi hija y yo en ese mismisimo instante estabamos sentados sobre aquella piedra, donde mis padres y los padres de sus padres han estado sentados. Tal como el sauce que ha surgido de una semilla que a la vez surgió de un árbol que a la vez surgió de una semilla.

Le Intenté explicarle mis sentimientos y le dije:

“Ahora lo sé: este lugar es mi verdadero hogar. Siempre cuando regreso toda la naturaleza me lo confirma que es así. Antes nunca lo había comprendido, era este sentimiento de cercanía y lejanía a la vez que me tenia confundido.
„Para mi siempre fue así“ exclamo ella.
„Tal vez nunca lo había comprendido” continué yo “tal vez porque creía que lo que llamamos nuestro hogar tiene que ser algo fijo, algo que nos protege y nos da seguridad. Hoy he comprendido que la seguridad y la inseguridad no son una contradicción sino que son dos caras de un solo movimiento. Tal y como el movimiento de esta corriente que es un movimiento continuo y sin cesar.”

Ambos nos quedamos callados por bastante rato.

„Papá donde emboca este arroyo?“ preguntó ella de repente.
„No lo sé“ dije yo „¿Pero es verdaderamente importante a donde lleva esta corriente?“ añadí yo.

Lo dejamos en eso. Ella cambió el tema y me siguió contando cosas sobre si. Sobre sus amigos, sobre los abuelos y sobre el próximo campamento de verano. Al próximo día, nuevamente después de un largo paseo, volvimos a reanudar nuestra conversación:

„Papá para mi es importante saber a donde lleva esta corriente“
„Comprendo. Con un mapa lo podremos aclarar.“
„Gracias, pero sabes bien que eso no es a lo que me refiero“
Asentí. „Creo que a lo que te refieres no puede ser explicado con palabras por eso déjanos escuchar si la naturaleza nos dice a donde conduce la corriente“ le propuse yo.“

Guardamos silencio por un prolongado rato y después le volví a comentar:

„Si ahora le pones atención a la naturaleza, el arroyo, las ramas, el viento y si te pones a pensar a donde lleva esta corriente ¿qué es lo que puedes observar?”

Después de algunos momentos ella respondió:

„Si pienso a donde lleva esta corriente, no escucho el sonido de las ramas de este sauce. Tampoco siento el viento y tampoco escucho el arroyo.”

„Eso es“ le respondí yo. „Solo eso. Pensar a donde lleva la corriente nos impide reconocer el secreto de este lugar. Un secreto que no lo es, porque le árbol, el arroyo, las ramas y la piedra lo están diciendo en todo instante, pero nosotros hacemos todo lo posible para no poderlo percibir.»

„Y que es lo que nos están diciendo según tu?“ quería saber ella aunque presentía que tenia su propia opinión.

“Tal vez nos dicen que este mismo instante es el lugar donde emboca esta corriente. El arroyo, el árbol, la piedra, son verdaderos solo en este instante. Podemos comprender lo que cuentan solo si estamos completamente presentes en este instante. En búsqueda de la fuente o al lugar donde emboca la corriente ellos no nos quieren acompañar.”

„¿Ósea que buscar la fuente significa vivir la vida como en un sueño? preguntó ella.

“Lo que quiero decir es que si solo soñamos que estamos viviendo o si vivimos la vida de manera real, es algo que se decide de instante a instante. Por eso lo más importante es darle a este instante toda nuestra atención.

¿Pero que sucede si por ejemplo el árbol muere? Preguntó ella.

„Eso es nuevamente un ejemplo ósea que otra vez el mundo del pensar. En los pensamientos el árbol muere antes de haber muerto. En la vida real vive el árbol de momento a momento en plena armonía con su alrededor y es por eso toda su vida autentico y real. Imaginarse que existe un comienzo y un fin es una costumbre mental pero si abandonamos dicha costumbre podemos observar que la vida que acontece de instante a instante es una continua transformación. Esa es la verdadera esencia del tiempo.” Dije yo.

“La piedra, el árbol, este maravilloso arroyo y hasta tus ojos cuentan lo que te acabo de contar. Porque en tus ojos de ahora veo los ojos de tu mama que eran a la vez los ojos de su papá y que tal vez serán los ojos de mis nietos. El pasado, el presente, y el futuro están presentes en todo instante y en este mismo lugar.

Ella se quedo pensando y yo añadí:

En este sitio, aquí y ahora, todo es movimiento y todo esta bien así como es. No le des entonces ni a las palabras ni a los pensamientos demasiada importancia ni te pierdas en pensamientos sobre la vida y la muerte. Hay solo una Vía hacia la verdadera armonía y ella pasa por hacernos uno con lo que hacemos.

La conversación termino en eso. Una atmosfera de sutil silencio envolvía ahora todo el lugar y yo me sentía como si hubiese abrazado a la piedra, el árbol, la corriente así como todos mis antepasados y mi hija a la vez. Ella debe haber sentido algo parecido, porque así como se confirmó muchos años después, habíamos encontrado ambos en este lugar tan especial donde una vieja piedra se encuentra con un arroyo y un sauce llorón algo muy valioso: nuestro verdadero hogar.

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