Seigen es Tiempo, Obaku es Tiempo y Kozei y Sekito son Tiempo – Eihei Dogen
¿Cómo es posible que cuando honoramos a nuestros ancestros estos estén presentes junto a nosotros? Por que no se trata de una cuestión ni sobre el pasado, ni sobre el presente, ni sobre el futuro. Se trata de un acontecimiento en el aquí y ahora con el cuerpo y el espíritu. Así, según el maestro Dogen, cuando recitamos los nombres de los Budas y ancestros y nos postramos frente a ellos, les reencontramos, nos unimos a ellos y vivimos en ellos.
Esto es así porque si realizamos la unidad del cuerpo espíritu, si el observador y lo observado son uno, podemos experimentar lo que significa el aquí y ahora y experimentar la eternidad de este instante. A traves de esta experiencia es como podemos reconocer que de donde verdaderamente surge el miedo es nuestra propia conciencia deludida sobre el tiempo.
En nuestra comprensión habitual sobre el tiempo existe el presente cual esta en relación tanto con el pasado como con el futuro, ósea que existe una conciencia que diferencia entre antes y después y por lo tanto hay una mente que esta observando. Así a través de nuestra práctica tenemos la posibilidad de movernos mas allá de la comprensión intelectual y podemos comprender profundamente que el único lugar y el único tiempo donde acontece la vida es aquí y ahora. ¿Dónde podría quedar entonces espacio para el miedo?
En el capitulo Uji – existencia tiempo – el maestro Dogen enseña:
“En el presente podemos decir que la duda no es otra cosa que el Tiempo. Ordenamos nuestro yo y vemos (el estado resultante) como el Universo todo. Cada individuo y cada objeto en este Universo todo deben vislumbrarse como momentos individuales del Tiempo. El objeto no obstaculiza al objeto de la misma manera en que el Tiempo no obstaculiza el momento del Tiempo (el pasado no esta unido al presente). Por esta razón, hay mentes que establecen la voluntad hacia la verdad en el mismo momento del Tiempo, y hay momentos del Tiempo en que la misma mente es establecida. La práctica y la realización de la verdad también son así. Ordenando el yo, vemos que es. La verdad de que el yo es el Tiempo, es así. En la práctica debemos aprender que, a causa de esta verdad, toda la Tierra incluye los innumerables fenómenos y cientos de cosas y cada fenómeno y cada cosa existe en toda la Tierra. Esa indecisión es un primer paso en el camino de la práctica. Cuando llegamos al terreno de lo inefable, hay una sola cosa concreta y un fenómeno concreto, aquí y ahora, mas allá de entender los fenómenos y de no entender los fenómenos y más allá de entender las cosas y no entender las cosas.”
Así la comprensión sobre el tiempo en el Zen del maestro Dogen se diferencia de la comprensión habitual, porque se trata de una comprensión descrita a partir del punto de vista de la práctica de Zazen; a partir del punto de vista de la unidad del cuerpo espíritu. En esta comprensión cada instante es diferente y no queda cupo ni para categorías ni discriminación, ni antes, ni después, ni la vida, ni la muerte. Así es como comprendemos que en este instante todo lo que tenemos es solo este instante y que cuando morimos, muere todo con nosotros y cuando vivimos vive todo con nosotros.