LA ÉTICA Y EL ZEN


ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado

Ósea que más allá de comprender y vivenciar lo que es la paz, de lo que verdaderamente se trata en nuestra práctica es hasta donde sabemos practicar la verdad. O con otras palabras ¿cómo actuamos concretamente frente a esta u la otra situación? ¿qué es lo que requiere de mi este instante? Preguntas que demuestran que la paz no puede ser otra cosa que un estado activo y de plena atención. Un estado activo que se transmite desde zazen a todos los aspectos de la vida social.

Esta es tal vez la conclusión a la que se llega sobre la práctica de zazen, cuando se experimenta la mente que va más allá del marco intelectual. La mente omnipresente como el vasto cielo azul y que nos indica que la paz siempre ha estado aquí. Una paz que nos enseña que no es que a través de zazen alcancemos la paz, sino que zazen es en si la expresión mas directa y activa de la paz. Pues soltando todo tipo de diferenciación volvemos a la condición ilimitada de la mente que es la paz. Una paz universal que está en sintonía con todas las cosas y que visto así no es nada especial sino que el estado normal de balance entre lo externo y lo interior.

Una paz que por otra parte nos enseña hasta los últimos vínculos del pensamiento dualista y que nos demuestra que en el pensamiento dualista tanto la ética, como el dictador y la personificación del mal, son diferentes opciónes de nuestra mente que siempre estan latente en nuestro interior. Condiciónes mentales que siempre han estado ahí preparadas para tomar el mando y volver a establecer el orden según nuestro código moral. Que se manifiestan cuando se interpreta la realidad y que revelan que al ser humanos y al recepcionar de manera selectiva no podemos hacer otra cosa que interpretar y con ello manipular la verdad. Y en función a estas interpretaciones no solo que manipulemos y lo hagamos aunque no lo queramos sino que también juzgamos o incluso castigamos.
Y que impactante la situación que podemos observar cuando después de tanta distorsión de la realidad, aunque sea por instantes la verdad sale a la luz. Que asombroso es ver entonces como todos los implicados se lavan las manos en inocencia. Unos porque dicen haber tenido intenciones honestas y solo querían hacer el bien y dieron las ordenes pertinentes de acuerdo a sus cargos y los otros porque según ellos solo cumplieron con lo que debían hacer…

Una historia que se ha repetido una y otra vez en la historia de la humanidad, y que nuevamente nos conduce hasta la pregunta ¿hasta donde sabemos practicar la verdad? Evidente queda así una vez más la importancia de la practica de la atención en cuanto a la responsabilidad civil y con ello en cuanto a todo proceso social. Pues solo a través de la práctica activa de la atención podemos reconocer nuestros procesos mentales y nuestra conducta que imposibilita la convivencia en paz con nuestro alrededor. Procesos que si los observamos con atención nos indican por ejemplo que cuando se personifica el mal, la mente del dictador esta ya en plena acción. Procesos que nos dan a entender porque practicar zazen es una necesidad ya que a travez de zazen vemos hasta los abismos del pensamiento dualista y nos da a entender con claridad que todo ser humano alberga en si tanto un Buda como un dictador.

Y una necesidad que requiere una y otra vez repetición ya que es propio del pensamiento humano perderse en los recuerdos o en las esperanzas y construir a partir de ahí virtuales conceptos sobre el bien y el mal que al final a lo único que verdaderamente conducen es al autoengaño porque entre más manipulamos más nos distanciamos de la verdad. Conceptos que muchas veces alteran la verdad sin que nos demos cuenta y de manera muy sutil. Por ejemplo cuando al no tener suficiente confianza en nuestra verdadera naturaleza no aceptamos el hecho de que nadie ni nada llega a nuestras vidas por casualidad. Cuando no aceptamos el hecho que todas las cosas y seres enseñan de su manera particular diferentes facetas de la verdad y que en definitiva todo ocurrió y ocurre tal y como tenia que ser y nada podría haber sucedido de otra manera porque dentro del orden universal todo tiene su razón de ser.

Ósea que somos seres humanos y por eso practicamos el Zen. Tal vez una conclusión muy simple pero a la cual todo practicante llega alguna vez. Y una conclusión que nos indica la importancia de respetar algunas reglas básicas tanto en cuanto a la practica individual como también en cuanto al comportamiento en comunidad. Reglas que en la practica individual nos indican que es necesario estar muy atentos en respecto al provecho propio que buscamos alcanzar. Y reglas que le permiten al individuo armonizarse con la comunidad. Reglas que más allá de ser reglas son consejos que hacen posible la cooperación entre los miembros de un sistema social y que posibilitan que los individuos puedan beneficiarse del trabajo común en vez de buscar el provecho Ego-ista a través de la competición.

¿Entonces, cómo podría zazen no ser un estado activo de paz universal que esta más allá de cualquier concepto de ética o de moral? Pues en Zazen vemos directamente reflejadas todas las todas las virtudes transcendentales que caracterizan el Budismo Mahayana que son la generosidad, la disciplina, la paciencia, la energía, la concentración y la sabiduría. Una práctica que nos enseña que cuando simplemente nos limitamos a hacer lo que hay que hacer y no hacer lo que no hay que hacer no es necesario agregar ningún pensamiento dualista mas dado que entonces la paz se realiza de manera natural. Una práctica que por ultimo nos permite vivenciar y comprender profundamente que ningún copo de nieve jamas cae en el lugar equivocado.

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2 Respuestas a LA ÉTICA Y EL ZEN

  1. Meiyo dice:

    Hola Angelica, gracias por tu comentario. Si, hoy yo también diría: tantas palabras plasmadas y que aun así no alcanzan para explicar algo que se expresa en la superficie con tanta sutilidad y sencillez:»un copo de nieve jamas cae en el sitio equivocado» Gassho.

  2. Angelica dice:

    Agradezco toda la sabiduría plasmada en estas palabras.

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