Hoy vienen niños.
El Templo se disfraza.
Muchos colores.
Existe el éxito de la roca convertida en metal. El éxito de la armadura, de la espada, del cuchillo. El éxito historico. La victoria de los objetivos. El logro de las conquistas. Sobre otros, sobre uno mismo. El éxito que es un grito. El clamor del triunfo de los que han ganado que a la vez es rugido de lamento de los derrotados. El éxito de haberse convertido en un perfecto engranaje, en un instrumento. En un algoritmo que funciona a la perfección dentro de un mecanismo que a la vez es parte de otro artefacto. El éxito de haber dejado de ser una víctima habiendo aprendido a influenciar eficazmente sobre las causas para lograr el efecto deseado. El triunfo del autoritarismo y de la asimilación exitosa de lo diferente. La dictadura de la mayoría que es el éxito de la astucia. Que dice que hay que ser pobre para llegar a ser rico pero que se reconoce a travez de todos y cualquier pretexto para que el momento de encuentro con lo diferente nunca y jamas se produzca. El exito de haber entendido que asi como hay ganadores también hay perdedores y que aunque sea lamentable, es mas conveniente encontrarse entre los primeros. La victoria de lo sutil sobre lo profano, de lo profundo sobre lo superficial, de lo espiritual sobre la materia o dé la razón sobre lo salvaje.
Así como existe el éxito de las victorias, existe también el logro de haber comprendido las leyes de la naturaleza. El de haber aprendido a tomar solo lo que es de uno y solo lo que es necesario. El éxito de comprender de que ganar no lo es todo porque el que ahora está arriba más tarde puede estar abajo. El del ser consciente de que entre mas alto se quiere subir mas profunda será la caída. El exito de haber aprendido a ser tan fuerte como el agua que constantemente fluye, que a todo se adapta y todo lo integra. El éxito de haber comprendido que somos parte de la naturaleza y que por eso cuando se debe actuar es ahora.
Y asi como existe el éxito de haber comprendido las leyes de la naturaleza también existe el exito de poder dejar pasar el apego y el rechazo. El éxito de la aceptancia. El éxito de no sentir indiferencia ante lo diferente. De sentir lo que siente, de comprenderla y de llegar a estar incluso en desacuerdo pero aun asi defenderla. El éxito que está más allá de cualquier concepto, que puede desenvolverse más allá de cualquier encuadre. Más allá de las limitaciones y condicionamientos que transporta el significado. El exito más allá de cualquier interpretación o creación subjetiva. El éxito de saber cuándo es suficiente. De saber como y hasta dónde se practican las verdades. El éxito de haber comprendido que el único tiempo y lugar en el que se puede actuar es aquí y ahora.
Más allá del éxito que acontece ahí donde el apego y el rechazo se abandonan, lo profundo y lo superficial se encuentran. Ese es el sitio donde el fin a la vez es el inicio. Donde lo oscuro es solo un aspecto y hasta la ignorancia el lodo del cual surge la flor del loto. Este es el lugar donde el éxito se convierte en la eterna primavera. Intensa. Apacible. Irreprochable. Que todo lo toca solo con su presencia. Generosa. Que siempre ha estado aquí y que jamás ha desaparecido. Es el éxito de poder ver como fluye la eterna corriente de causa y condición y por fin haber aprendido a actuar correspondientemente.