Gyo – significa “práctica, hacer o actuar” y en el sentido ético “la practica pura”. Ji – significa “mantener o conservar” así que “gyoji” puede ser traducido como “conservar la práctica pura”. En el Budismo se trata de mantener una práctica de vida pura lo que significa: lo que importa en nuestra vida es lo que hacemos y lo que renunciamos a hacer.
Conservar la práctica pura significa en el Buda – Dharma, estar muy atento en cuanto a lo que uno hace en la vida, como se hace y que al hacerlo no surja ningún pensamiento de provecho propio o de beneficio superficial. Nuestra vida simplemente significa hacer cosas o no hacerlas y no es necesario agregarle pensamientos dualistas a nuestras acciones y nuestro hacer. La solución de los problemas consiste simplemente en que sepamos que es lo que tenemos que hacer y que es lo que debemos desistir de hacer y todo esto ponerlo en practica. Por esta razón el maestro Dogen aprecia tanto la práctica de zazen como el fundamento de la vida y de la acción pura en la vida cotidiana. En este capitulo muy concreto el maestro Dogen cita numerosos e impresionantes ejemplos sobre la práctica pura de los Budas y Ancestros. Mediante los numerosos ejemplos de claridad, decisión y fuerza de voluntad de los maestros antiguos, el maestro Dogen nos invita de manera muy directa a seguir el camino budista de la verdad y liberación y nos anima a seguir el camino de los ancestros.
Van aquí algunos de los tantos ejemplos que da el maestro Dogen en este importante capitulo del Shobogenzo:
“Para el maestro Daichi (749-814) de la montaña Hyakujo no había ningún día, desde que se hiciese monje bajo las orden de Baso hasta la tarde de su fallecimiento, en el cual el no hubiese practicado de puro corazón para servir a las personas de la Sangha. Las huellas de sus palabras “un día sin trabajo es un día sin comida” todavía nos acompañan. Aun siendo muy anciano el maestro Zen Hyakujo seguía trabajando lado a lado con los jóvenes monjes. Esto los monjes los sentían mucho. Pero a pesar de la lastima de los demás el maestro no dejaba de trabajar hasta que los demás no pudieron hacer otra cosa que comenzar a esconderle sus herramientas. Cuando lo dejaban sin sus herramientas el anciano maestro no comía en todo el día. Con eso quería demostrar cuanto lo sentía no poder trabajar junto a los demás. Esta es la historia de Hyakujo: “un día sin trabajo es un día sin comida”. Las tradiciones profundas de la escuela Rinzai, que hoy en día se practica en la China de la dinastía Song y los monasterios de numerosas tradiciones, en su mayoría están basadas en la profunda tradición de la práctica pura de Hyakujo”.
“Una vez enseñó Joshu a los monjes: “Si ustedes no abandonan el monasterio y no hablan durante cinco o diez años, nadie los llamara mudos. Después ni los Budas los podrán alcanzar”. Estas palabras enseñan como se mantiene la práctica pura. Piensen que pudiese parecer tonto, si no se habla cinco o diez años, pero si por resultado de vuestro esfuerzo no hablan, no son por eso unos mudos. Así es la verdad del Buda. El que no escucha el sonido de la verdad de Buda, nunca va a comprender, que alguien puede callar sin ser un mudo. Por lo tanto es un ejemplo maravilloso de práctica pura, cuando uno no abandona el monasterio. Se trata del inmaculado idioma de la liberación cuando no se abandona el monasterio. Aquellos que son bastante limitados, no se reconocen a si mismos como mudos sin callar y no se les reconoce como silenciosos que no son mudos. Nadie les impide callar sin ser mudos, pero esto no pertenece al ámbito de su comprensión. Quien no comprende y no sabe que aquellos que callan sin ser mudos alcanzan lo indescriptible, son personas que dan lastima. Mantengan esta práctica pura sin abandonar el monasterio. No sean como una bandera en el viento que una vez gira al oeste y otra al este. La verdad que traspasa el sonido y la forma existe, aunque en la práctica ustedes no le den durante cinco o diez años ninguna importancia ni al viento de primavera ni a la luna de otoño. Ustedes expresan entonces la verdad mas aya del propio saber y de la comprensión. Ustedes simplemente tendrían que experimentar e investigar lo valioso que es cada instante que protege la práctica pura. No se sorprendan que el mantener el silencio traspase todo eso. Un monasterio significa entrar en la verdad. Un monasterio significa también abandonar la verdad. Un monasterio es el camino de las aves y un monasterio es todo el universo”.
“El maestro Daiji Kanchu decía: “Explicaciones de tres metros son menos que treinta centímetros de práctica. Explicaciones de treinta centímetros son menos que tres centímetros de práctica”. Estas palabras suenan como una advertencia para aquellos que habían dejado de mantener la práctica pura y que habían olvidado penetrar verdaremente la verdad del Buda. Esto no quiere decir que sea equivocado explicar tres metros, si no solo que treinta centímetros de práctica son mucho más valiosos. ¿Pero porque deberíamos medir la teoría y la práctica solo como unidades de medida como metros o centímetros? Deberíamos observar sus meritos también en relación a la gran diferencia entre la montaña Sumeru y una semilla de amapola. La montaña Sumeru contiene en si misma el universo entero. La semilla de amapola contiene en si misma el universo entero. Así es el mantener la práctica pura – es inmensurable. Esta no es la verdad del propio Kanchüs si no que las palabras vienen y se expresan de manera natural”.
Del Shobogenzo Gyoji (I) – traducción según Gudo Wafu Nishijima Roshi