IMAGINACIÓN


Un rayo de luz,
En piedra un Buda.
Rostro peculiar.

Cuando la noche se hace larga, cuando las nubes envuelven en la oscuridad tanto las estrellas como la luna también ¿acaso no es legitimo buscar una luz? ¿No seria incluso una negligencia dejar de buscar un alivio ante la oscuridad? Por esta razón, que tal si con las manos completamente abiertas siguiésemos delirando un poquito más? Quizás alguien de aguda inteligencia, diría inmediatamente que esto significaría una comparación y con ello una separación. Una expresión de menosprecio en cuanto a lo que este instante verdaderamente es. Aun así, esta vez los quiero invitar a seguir imaginando un poquito mas. Simplemente porque cuando la fantasía, la melodía y el color están impregnados por la competicion, hay cosas que no se pueden ver. Por libres que nos pensemos o por fantástica que opinemos que es nuestra realidad, cuando este momento se experimenta desde el espíritu de la competición, todo nuestro mundo, toda nuestra fantasía estará impregnada por la trivialidad. Seamos consciente de ello o no, el marco de nuestra imaginación seguirá siendo trazado por la dualidad: ganador perdedor, bueno malo, rico pobre, original común, vida muerte.

Aun así, verdad es también que más allá del pensamiento hay otro espacio más. Un lugar más allá de lo que habitualmente pensamos que es la imaginación, una manera diferente de relacionarse con el pensar. Aunque para tener acceso a esta manera de experimentar la realidad es necesario dar un paso más allá. Se requiere abrir las manos de verdad. Se exige dejar la inteligencia como cualquier sentido de provecho atrás para pensar lo impensable, para imaginar lo que esta más allá de la imaginación. Desde este lugar que para algunos de nosotros significa el comienzo de la locura o dejarse caer en el abismo de inseguridad ¿que tal si le dejásemos rienda suelta a la fantasía para que cabalgue desenfrenadamente por los bosques de la realidad? Quizás, quien sabe, nos encontraríamos con verdaderos tesoros que irrumpirían en nuestra manera de ver tanto el sueño como la realidad.

¿Pues que tal si descubriésemos durante este viaje surreal que seguir creciendo es lo mas importante para nuestra evolución, si, pero no el crecimiento económico como lo solemos pensar si no que el crecimiento de la felicidad? Tal vez dejaríamos de correr detrás de tantas cosas innecesarias de una vez. Quizás descubriríamos por fin que la cantidad de posesiones que hemos conseguido durante nuestra vida no alteran en nada la calidad de vida que llevamos. De la misma manera como ningún de los meritos que creemos haber alcanzado substituye nuestra salud. Tal vez comprenderíamos de esta manera de una vez por todas porque no existe una felicidad verdadera si esta no implica también a los demás. ¿O qué si en este viaje de fantasía por la realidad descubriésemos que las otras culturas no están para poner en peligro nuestra identidad, que este no es ni su propósito ni su razón de ser, y que cada cultura diferente en realidad nos enriquece con su visión? Quizás volveríamos a ver que las apariencias son solo un reflejo de lo que sucede en nuestro interior. Que el valor de algo no se mide solo por el tamaño o su expresión material sino que por su substancia también. Y quizás comprendiésemos simultáneamente también que la felicidad no puede ser importada desde el exterior. Que tiene que crecer desde adentro, ser integrada desde el interior para poder ser llamada verdaderamente felicidad. Lo que evidencia el fracaso de muchas revoluciones sociales. Y es que cuando los movimientos sociales locales no pasan ellos mismos por los procesos evolutivos lo único que sucede verdaderamente es que un patología substituye a la otra sin que ocurra una verdadera transformación. Y más allá ¿que si en nuestro viaje por el delirio descubriésemos también que querer controlar es en si ya constituye la más profunda ilusión? Probablemente nos daríamos por fin cuenta que querer imponer una verdad, aferrarse ella no solo implica dejar de fluir. Equivale a negarse a la vida. Lo que al mismo tiempo significa no saber amar.

Ósea que muchas veces injustamente rechazamos la fantasía y la imaginación. Les rechazamos pensando que estas son la fuente de la ilusión. Pero no la fantasía y la imaginación son aquello que nos hacen sufrir. Lo que verdaderamente engendra sufrimiento es el apego a un fenómeno mental. Un hecho que nos lo confirma también la práctica de Zazen y que es muy importante de aclarar hasta el final ya que frecuentemente de este no tener muy claro en que consiste la practica de la meditación realmente juzgamos o sacamos conclusiones que provocan mas y mas confusión. Como aquella que confunde el equilibrio con la neutralidad. ¿Pues cuantas veces no ocurre que desde una perspectiva idealista confundimos el equilibrio y el balance con la neutralidad? Para ser mas claro, volver al balance o evolucionar en sentido de la practica del Zen no significa callarse o no tomar posición en cuanto a la injusticia o a la humillación. Volver al balance significa implicarse con todo nuestro ser. Lo que a la vez equivale a abstenerse a idealizar. Ni la inteligencia, ni la sabiduría, ni ninguna otra formación mental. Ni si quiera el silencio. Y para quien siga dudando en cuanto a este ultimo ejemplo ¿cuántas situaciones no conocemos en cuales la neutralidad y el silencio en vez de auxiliar a la victima le han ayudado al opresor?
Va quedando solo señalar que existe una estrecha relación entre la imaginación y la realidad. Creemos en aquello que soñamos y sin duda lo que imaginamos ya existe en la realidad. A partir de ahí si confiamos en lo que creemos la creencia puede materializarse y darle activamente forma a la realidad. ¿Qué sentido tiene entonces poner el materialismo en oposición a las creencias o a la imaginación? Y es que la fantasía existe en lo real tanto como lo real en la fantasía. Y que bueno que sea así. De esta manera siempre es posible darle alivio al sufrimiento. Algo que se puede entender especialmente cuando el tiempo de oscuridad ha sido lo suficientemente largo. Y es que entonces a nadie mas le interesa de donde viene la luz.

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