ISMOS


Solo si te olvidas de ti mismo llegaras al final de las ilusiones – Kodo Sawaki

Romanticismo, Modernismo, Capitalismo, Socialismo, Neoliberalismo, Hinduismo, Cristianismo, Budismo. La historia del ser moderno es una historia del desbalance, una historia de polaridad y una historia de los extremismos, una historia de los Ismos. Mientras que el romanticismo lleva ya mas de dos cientos años apostando por la vivencia de los sentidos, los que creen en el progreso siguen creyendo en las leyes de la lógica, en la productividad y en el desarrollo tecnológico. ¿Y a donde ha conducido todo esto? Hay numerosos ensayos políticos y filosóficos al respecto que tratan este tema detalladamente. Pero a partir de nuestra practica de Zazen ¿qué observamos?

Tal vez en primer lugar la constante creación de categorías: opinamos, juzgamos, comentamos. Nada ni nadie se salva de nuestra permanente construcción de categorías. Hasta de lo que creemos que es lo mas puro, lo mas sagrado, nuestra práctica, queremos hacer una categoría. Porque si observamos bien, si soltamos hasta nuestras mas profundas opiniones, nos podemos dar cuenta que incluso de nuestra práctica estamos queriendo hacer una categoría. ¿O que es lo que estamos haciendo si no, si decimos esto es sagrado y esto no, esto es puro y esto otro no? y más allá ¿que es lo sagrado, que es lo puro, si no una categoría? Así tanto en el Budismo, el Hinduismo, el Cristianismo o cualquier otra creencia, entre mas creemos, más estamos dispuestos a luchar por los Ismos. Así, sin darnos cuenta, hasta de nuestra práctica de unidad queremos hacer una categoría por la cual creemos que tenemos que luchar. Sobretodo en el Budismo frecuentemente podemos escuchar: “esta es la autentica práctica y esta no la es”. Pero volvamos a nuestra mente de principiante: ¿que tiene que ver la lucha con nuestra práctica religiosa? ¿Al luchar no estaremos queriendo hacer una categoría de lo que no conoce categoría?

De esta manera nos podemos dar cuenta que constantemente nos movemos de un extremo al otro, del romanticismo, al modernismo y del modernismo al consumismo – De un Ismo al otro. Nos enredamos así cada vez mas en el Karma y creamos Karma. Herimos y nos hieren y cada uno se aleja de los principios tan puros que creía tener.

¿Como parar? A partir de nuestra práctica de Shikantaza sabemos: Aquí y ahora, abandonando el pensamiento discursivo. Volviendo la atención a la realidad ilimitada del cuerpo-espíritu. Desde Zazen, desde la práctica de solo sentarse, sabemos que lo mas importante es abandonar las opiniones, abandonar las categorías, abandonar los Ismos. De esta forma durante nuestra práctica nos damos cuenta que el canto de un pájaro no es mejor que el ladrido de un perro, o tal vez que el olor de una flor no es mejor que el olor de un basurero. Son solo diferentes aspectos de una y la misma realidad. Y así tal vez mas que uno de nosotros llegue a la conclusión que la separación es solo una ilusión creada justamente por nuestra mente discriminativa. Porque, si dejamos de añadir cualquier cosa a nuestra práctica, si llegamos a preguntarnos ¿quien es el que crea las categorías? tal vez concluyamos: las categorías son una creación mental por lo tanto no hay nada sagrado. ¿Y que significa este «no hay nada sagrado»? Tal vez que todo sea sagrado.

El maestro Dogen enseña en el Genjo Koan sobre la realización con el cuerpo-y-espíritu lo siguiente:

Cuando el Dharma no ha satisfecho aun el cuerpo-y-mente, nos sentimos repletos con el Dharma. Cuando el Dharma llena el cuerpo-y-mente sentimos que falta un lado. Por ejemplo, al navegar más allá de las montanas y hacia el océano, cuando miramos alrededor en las cuatro direcciones, el océano sólo aparece como redondo; no parece tener ninguna otra forma en absoluto. Sin embargo, este gran océano no es redondo y no es cuadrado. Otras cualidades del océano son incontables: para los peces es como un palacio y para los dioses es como una hilera de perlas. Pero tan lejos como nuestros ojos puedan ver, parece ser redondo. Tal como lo es para el océano, así lo es para los innumerables Dharmas. Dentro el polvo y fuera del margen, los innumerables Dharmas incluyen numerosas situaciones, pero vemos y entendemos solo tanto como nuestros ojos del aprendizaje en la práctica son capaces de alcanzar. Si deseamos escuchar como los innumerables Dharmas son naturalmente, debemos recordar que aparte de su apariencia de forma cuadrada o redonda, las cualidades de los océanos y las cualidades de las montañas son numerosas e infinitas; y que hay mundos en las cuatro direcciones. No solo la periferia es así: tenemos que recordar que el presente inmediato y una simple gota de agua también son así.

Cuando los peses se mueven por el agua, como quiera que se muevan, no existe fin para el agua. Cuando los pájaros vuelan por el cielo, como quiera que vuelen, no existe fin para el cielo. Al mismo tiempo, los peces y los pájaros, desde la antigüedad, nunca han dejado el agua o el cielo.

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