LA LLUVIA

G

Gotas de agua,

Circulos que ser forman.

La superficie.

Para algunos siempre que llueve lo claro se vuelve oscuro. Negras las calles, negros los ríos, negra la montaña, negras las flores. Para ellos la lluvia es como una teoría conspirativa. Es como si una revolución negra intentase de vestir en pleno verano el día de noche para que los colores sean reprimidos. Hacen casi olvidar que hasta tras la mas sombría época de lluvia intensa, infaliblemente el sol volverá para penetrar hasta los rincones más fríos. No, definitivamente la lluvia no es una desgracia. La lluvia es un paisaje de agua visto en un extraño sueño. Es una fuente de inspiración. Es el origen de la vida. ¿Hemos de recordar a Buddha Shakyamuni que antes de un periodo de lluvia a Ananda le enseñaba: “¿Todos los Dharmas ni aparecen, ni desaparecen”?

Ante la lluvia todos somos iguales. Todos tenemos el mismo origen. Todos tenemos la misma fuente para nuestros sueños, para nuestros anhelos, para nuestras esperanzas y para nuestros miedos. Desde esta fuente común en la que todo tiene su espacio y su propio lugar es más fácil dejar reposar el corazón bajo la lluvia. Es más fácil comprender la sintonía que existe entre lo externo y nuestro silencio interno. Si, hay teorías conspirativas de difícil remedio y que como la lluvia pueden ser muy intensas. Que se comprenden a si mismas quizas hasta como vanguardistas, guardianas del bien común y de la verdad. Que incluso pueden apuntar hacia un fenómeno latente y real. Aun asi todas ellas tienen algo en común que me hace desconfiar y mantenerme en una especie de estado de alerta atencional, pues todas ellas por sofisticadas que sean apuntan exclusivamente hacia el exterior ignorando que lo que ocurre en el interior de todo quien participa dentro del proceso de comunicación. Con otras palabras, apelan a los sentidos básicos que actúan antes de que acontezca cualquier reflexión. 

Ante dicha intensidad que como la humedad de una torrencial afecta todo a su alrededor muchas veces me he preguntado ¿que hacer, como actuar cuando escucho una de estas teorías que incitan el temor, que fragmentan la realidad en amigos y enemigos estigmatizando de esta manera a todo quien no actúa conforme a esta especial visión de la realidad? Una posible postura podría ser pacientes e ignorar. Arriesgándonos de esta forma a convertirnos en participes de una determinada posición en cuanto a la verdad. Otra forma podría ser mantener despierto el espíritu interior, la respiración, la postura observando estas teorías desde el punto de vista de conexión con nuestro propio cuerpo ¿será mentira?, ¿será verdad? Como sea, hecho es que según yo mismo actué, yo mismo creo la realidad que vendrá. 

Debo confesar que siempre he admirado la lluvia. Sea donde sea, siempre me ha encantado su constancia, su intensidad compaginada con su sencillez. Algunas veces me pongo debajo de ella y de alguna manera tengo la sensación de poder sintonizarme más fácilmente con todo lo que me rodea ¿será por que en ese mismo momento de contacto con el agua tenemos todos una misma superficie en común? Si, es mas fácil vivir al ritmo del propio corazón cuando se vibra con el agua. Bajo la lluvia el corazón reposa con mas facilidad. No, definitivamente la lluvia no es una desgracia. La lluvia es un hecho, un fenómeno natural en concreto, un alivio para las plantas y el mundo animal. Es el origen de la vida. Es la esperanza de la madre tierra. 

Marcar el Enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *