¿Qué es el tiempo?
¿Es la primavera? ¿Es el invierno?
¿Es el ave que vuela según su instinto?
La montaña calla como el eterno pasado.
Tal vez sea el tiempo una nube pasajera,
que ante el infinito cielo azul,
baila al antojo del viento.
¿Que es la mente? Desde lo absoluto, respuestas a preguntas como estas aparecen con más claridad. Un enfoque necesario dado que desde que Shakyamuni Buda alcanzará el despertar aun no podemos decir concretamente que es la mente. Estudiamos nuestro cuerpo, nuestro cerebro, estudiamos la actividad mental y aun así desde más de 2500 años nada ha cambiado en nuestro comportamiento real. Por lo menos así lo demuestra la relación que llevamos con el tiempo.
Y es que muchas veces cuando observamos el cambio continuo del mundo en el que vivimos tenemos la impresión que todo esta cambiando cada vez mas rápido. Una sensación que algunas veces nos llega a hacer pensar que estamos perdiendo el control, que la vida nos acerca y por más que intentemos de buscar soluciones nos encontramos atrapados en una malla de líos que jamás hemos querido tener. Es así como muchas veces, intentando de hacer lo mejor de nuestras vidas nos encontramos con las ideologías. Todo tipo de ideologías, sea en forma de creencias, folisofias, religiones, o sea más concreto como un nuevo trabajo o un nuevo amor. Luchamos por lo que creemos, lo defendemos, algunas veces hasta el final, hasta que algo nos hace parar.
Un paradero obligatorio que muchas esta acompañado por la decepción pero también por la reflexión. Reflexión sobre lo sucedido pero también sobre un nuevo comenzar. Descubrimos tal vez que más sustentabilidad nos hubiese venido bien. Y desarrollamos nuevos códigos de conducta, una nueva moral, una ideología tal vez, sin comprender la contradicción que significa intentar hacer de la sustentabilidad una receta o una obligación. Y es que toda ideología tiene algo que cubre lo que se alberga en nuestro interior. Algunas veces intuimos que debe haber algo más y aun así, a pesar de todas los momentos amargos que hemos tenido que pasar, a pesar de todos los reveses y toda desilusión, a la más minima oportunidad cambiamos de bandera nuevamente y otra vez comenzamos a correr. Antes de habernos dado a nosotros mismos una oportunidad de exhalar profundamente y permitir que lo que esta en nuestro interior se pueda expresar. De esta manera, siguiendo una tras otra vez el mismo patrón de conducta, seguimos hasta que nos cansamos. Hasta que llegamos a un estado de fatiga que muchas veces no se limita al cansancio emocional afectando también nuestro estado físico corporal. Algo que en ultima instancia puede llegar a expresarse por medio de depresiones o agresividad. ¿A quien le sorprenden así las fobias colectivas o las nuevas enfermedades mentales como el síndrome de cansancio del que nuevamente se suele hablar en nuestra sociedad? Sean estas enfermedades ficticias o no, la verdad es que vivimos pendientes del teléfono, de los mensajes, del email, en constante ansia por estar siempre disponibles y por no desperdiciar ninguna oportunidad.
¿Qué es la mente? Tal vez sea oportuno ser mas concretos aun y nos preguntamos: ¿será el tiempo el que pasa rápido o será nuestra mente la que crea esta rapidez? Pregunta que deja claramente expuesto: todo nace en nuestra mente. Una conclusión que nuestro intelecto puede comprender, pero que solemos olvidar fácilmente cuando estamos expuestos al estrés o cuando aparece una expectativa en cuanto a una vida mejor.
En el Teisho que el maestro Keizan le dedica a la transmisión del Dharma al maestro Kayashata, Keizan Zenji dice:
“Observad cuidadosamente y poned fin a vuestra propia confusión y entonces seréis capaces de experimentar esto por vez primera. Si no llegáis a aclararlo os veréis obligados a arrastrar inútilmente con vosotros el fardo del cuerpo y de la mente durante las veinticuatro horas del día y como ocurre cuando lleváis una pesada carga sobre vuestra espalda, el cuerpo y la mente jamás llegaran a descansar. Sin embargo, cuando abandonéis el cuerpo y la mente, vuestra mente quedará vacía y silenciosa y podréis gozar de una vida más sosegada. Si no lo hacéis y seguís incapaces de aclara y expresar el tañido de la Mente del que nos habla esta historia, no entenderéis la aparición de todos los budas ni la iluminación de todos los seres”.
¿Por qué aparecen todos los budas? Tal vez sea una de las causas porque vivimos nuestra vida con prisas. Porque solemos pensar que en otro lugar y en otro instante hay algo que sea mejor. Distinguimos entre este instante y uno anterior o uno posterior de la misma manera como distinguimos entre seres con o sin iluminación. En la mente de Shakyamuni, que no esta separada a la nuestra, no existe ni prisa, ni rapidez, ni cualquier otra confusión.
Hola Fu-Ryu, gracias por el comentario pero aquí y ahora ¿no será la separación entre adentro y afuera solo una condición de la mente? Gassho, Meiyo
Entra pero sale ¡¡. Gassho.