Todos los Dharmas ni nacen ni padecen – Buda Shakyamuni
¿Que es la realidad? El idioma corporal nos puede dar valiosas pistas sobre la realidad al momento de comunicar. Así lo demuestra la respuesta del maestro Hotetsu a la pregunta del monje “¿cual es la verdad de que no existe lugar que el aire no pueda alcanzar?”. El maestro responde sin utilizar palabras, utilizando su abanico. Un hecho concreto que le permitió al monje salir del mundo conceptual y expresarse a través de una acción directa, postrándose frente al maestro.
Ósea que a través de los hechos concretos acedemos a la realidad. Pero una vez más: ¿qué es la realidad? ¿Es la realidad solo lo que nuestra conciencia percibe como existente? Los órganos sensoriales, ojos, orejas, nariz, boca, lengua y piel informan nuestro cerebro sobre los acontecimientos alrededor de nosotros y nuestro cerebro de acuerdo a experiencias pasadas da los comandos motoricos correspondientes al cuerpo. ¿Pero es la realidad solo aquello que esta al alcance de nuestra percepción sensorial? Una pregunta que ha acompañado toda la historia de la humanidad.
Y es que si solo existiese lo que nuestra conciencia percibe como existente, esto significaría que fuera del pensamiento humano nada existe; que la conciencia determina el ser. ¿Pero es lo que percibimos todo lo que existe? ¿No es que porque vivimos que somos capaces de percibir el mundo? Dudas. Dudas sobre la realidad en la que vivimos, aunque seamos en todo instante esa misma realidad. Dudas que siempre estarán ahí mientras exista una separación entre la persona que reflexiona sobre la realidad y la realidad misma. Dudas que invitan a la creación de categorías y de oposiciones como entre el sujeto que analiza y el objeto que es analizado. Dudas que reducen la realidad de estar vivos y de compartir esta vida con todos los seres en unión a una opinión. A nuestra opinión personal; a nuestro “yo”.
En la realidad budista, las cosas existen pero no existen, aun así existen aunque carecen de identidad propia. En primer instante miramos la realidad desde el punto de vista del sujeto que analiza el mundo en el que vive y creamos categorías como ilusión y despertar, felicidad y sufrimiento, vida y muerte. Creamos así un mapa mental que no es la realidad misma. Podríamos decir entonces que el mundo se compone de materia y hechos objetivo ¿Pero en realidad no depende la existencia del mundo también de un sujeto, que la percibe e identifica? razón por la cual en el budismo la única realidad que existe es la vida tal y como se presenta en el instante presente basándose en los hechos en el aquí y ahora, traspasando así las contradicciones entre el sujeto y el objeto. Aquí y ahora somos parte de una ininterrumpida unidad, a la cual llamamos verdad o Dharma. La acción es el punto donde el yo (como sujeto) y el mundo (como objeto) se encuentran. Pero aunque el Buda Dharma tenga esta perspectiva real pragmática, es esta tercera perspectiva también solo una explicación sobre lo que es la verdad. La verdad se expresa en todo instante, independiente a nuestros pensamientos, a nuestros deseos o a nuestras creencias – trascendiendo así todo concepto, incluso aquellos como la felicidad y el sufrimiento o como la vida y la muerte. En el Genjo Koan el maestro Dogen expresa la realidad de la siguiente manera (1):
“Cuando todos los dharmas son vistos como el Dharma del Buda, existe entonces ilusion y realización, hay práctica, hay vida y muerte, hay budas y seres comunes. Cuando los innumerables dharmas no son del yo, no hay ilusión y no hay realización, ni budas ni seres comunes, ni vida ni muerte. La verdad del Buda originalmente trasciende sobre la abundancia y escasez, y de esta manera existe la vida y la muerte, hay ilusión y realización, hay seres y budas. Y siendo así, el hecho es que las flores, aunque sean amadas, caen; y la maleza, aunque sea odiada, florece”.
(1) Shobogenzo, Genjo Koan – Eihei Dogen