Forma y reflejo se observan;
tú no eres el reflejo,
pero el reflejo es tú – Hokyo Zanmai
Visto desde la unidad y según las enseñanzas del Budismo Zen, ayudar a otros o ser solidario con los demás significa ayudarnos a nosotros mismos y ayudarnos a nosotros mismos significa ayudar a todos los seres y cosas a la vez. Esto porque en la realidad que va más allá de cualquier separación no hay nada ni nadie que separe el Yo de todos los seres y cosas. Lo único que crea dicha separación somos nosotros mismos a través de la distancia que mantenemos entre nosotros y nuestra naturaleza original. La distancia que separa entre el mundo interior y el mundo exterior y que muchas veces interpretamos como la realidad. Una realidad que a partir de esta interpretación la pasamos a codificar, muchas veces incluso a través de sistemas altamente sofisticados, y que a partir de ahí la comunicamos. De esta manera afirmamos que la abstracción es la realidad distorsionando la verdad, pues cualquier explicación, cualquier imagen, así como todo aquello que pasa por nuestra consciencia, siempre no será otra cosa que una interpretación de la realidad.
Así la autentica experiencia es imprescindible para aclarar que es la realidad. Y cuando se aclara la realidad comprendemos que es la dualidad. Se aclara lo que es la realidad, la diferencia entre la realidad y la dualidad y queda en evidencia lo que es la dualidad. Y así como se aclara que es la dualidad se aclaran tantas otras cosas más. Entendemos porque el sufrimiento de todos los seres es nuestro sufrimiento también. De la misma manera como comprendemos que una promesa de futuro por seductora que aparezca jamás será mejor que el momento que estamos viviendo aquí en este mismo instante. Así mismo entendemos también porque tiene que ver más con el temor que con el amor si le ponemos condiciones al amor. De la misma manera como comprendemos que tampoco puede ser amor si se pretende que hay algo que cambiar en nuestra manera de ser porque nuestra visión del mundo no corresponde a aquel de quienes dictaminan un determinado código moral.
Así, desde la unidad se puede enfocar muchos otros valores sociales también. Importantes conceptos que influyen sobre la convivencia mutua como lo es por ejemplo la tolerancia. Pues desde la unidad la tolerancia no es solo una forma de respeto a lo diferente. No es solo el respeto de los derechos de todas la personas miembros de una sociedad, independiente a sus circunstancias individuales o su procedencia étnica, religiosa o social. La tolerancia en el Zen es más que una palabra ya que no hay nada que tolerar cuando todo lo que existe es aceptación total. ¿Y que significa aceptación total? Tal vez a partir de esta pregunta más de alguien llegue a la conclusión que aceptar íntegramente es algo que surge de manera natural y que debe ser una actividad. La actividad de darle cuidado activo a la diversidad. ¿Por qué? Por el simple hecho que donde no existe separación entre los otros y el yo, aceptar a los diferente, aceptar lo exterior, significa aceptar lo interior y con ello a nosotros mismos también. Ósea que existe una relación estrecha entre la aceptación, la tolerancia y la distancia que existe en nuestra conciencia y que separa entre lo interior y lo exterior. Una relación que desde donde no existe ni el más mínimo margen entre nosotros y el mundo en el que vivimos, nos demuestra que si hay algo que no aceptamos es debido a lo distante que estamos de nuestra propia naturaleza original. En este sentido, nos abstenemos a dar recetas sobre como darle cuidado a la tolerancia en la sociedad, pues claro está que la tolerancia al ser algo que no admite ni la más pequeña distancia entre el mundo interior y el mundo exterior debe ser algo que se define en todo instante y en todo lugar una y otra vez.
Llegando a este punto nos podríamos preguntar ¿Y donde esta el limite entre lo tolerable y lo intolerable? ¿Que hacer por ejemplo en caso de que incluso de la tolerancia se esté haciendo un dogma en el ni que siquiera se puede respirar? Como siempre ante preguntas como estas, desde nuestra práctica de la unión respondemos: Volver una y otra vez a la realidad. Pues desde ahí, desde la ausencia de distancia entre lo interior y exterior, comprendemos que la tolerancia no significa ayudar para después encadenar, ni tampoco solo aceptar lo diferente viviendo y dejando vivir. La tolerancia desde nuestra práctica del Zen es un estado sobretodo de activa solidaridad y compasión.
Algunas veces se nos pregunta, porque si todo lo aceptamos y nada rechazamos resulta que hemos cambiado tanto. Como puede ser que nuestros gustos se hayan transformado tan radicalmente, que nuestras convicciones hayan mudado de tal manera ¿Será porque pensamos que hemos encontrado una verdad mejor? Por eso una vez más nos gustaría repetir que la tolerancia no es un estado estático de la mente si no participa activamente en el proceso de constante transformación. Pues esto es lo que nos dice la mente que no distingue entre el interior y el exterior: así como todo cambia en el exterior no es de sorprender que cambie también nuestro interior.
Como veníamos diciendo en el post anterior, del 10 al 13 de Julio se celebrara en Chile un sesshin de invierno que será guiado por Dosho Saikawa Roshi. Este sesshin será el fruto del esfuerzo de practicantes de diferentes grupos del budismo Zen en Chile. Que sea este un evento que celebre el encuentro, la tolerancia y la unión por el bien de todos los seres en todas las direcciones. El afiche del evento lo encuentran aquí o la sección de noticias de este blog. Desde ya están todos cordialmente invitados.
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