Dentro de Hishiryo existe tanto el invierno como el verano. No te preguntes si uno es mejor o el otro peor. Observa las diez mil distincciones desde mas allá del pensar – Kodo Sawaki
Aprender a hablar es aprender a traducir. Esto lo decía Octavio Paz y recalcaba de esta manera la importancia de la traducción para la evolución de un idioma. Y efectivamente, repasando la historia de la transmisión del budismo, y partir de la práctica de traducción de escritos budistas, las palabras de Paz solo pueden ser confirmadas.
El Buda platicó y sus palabras fueron transmitidas primero en Sánscrit para después ser traducidas a los diferentes idiomas; en el caso del Zen, primero al Chino, y después al Japonés para estar llegando hoy en dia a los diferentes idiomas occidentales. De esta historia de la traducción budista se puede observar, como por una parte el budismo se ha ido divulgando y como por otra, tanto los textos originales como las traducciones han ido cambiando al ser expuestos a la traducción. Así, con ayuda de la traducción, el Zen se ha ido adaptando se manera continua a todas las circunstancias y países contribuyendo al constante desarrollo del idioma al que ha ido llegando. Pero la traducción en nuestra tradición no implica solamente un crecimiento a nivel lingüístico sino que también un proceso de crecimiento espiritual del traductor. El traductor muchas veces se ve obligado a interpretar e incluso a imaginar para acercar el significado de las palabras lo mas posible hacia el texto original. Y en este forcejeo con la otra lengua se ve obligado a ampliar y a profundizar la propia comprensión.
Para dar un ejemplo, muy recientemente pudimos experimentar este hecho de la siguiente manera:
En el capitulo 10 del GAKUDÔ – YÔJINSHÛ – Asentarse justo aquí mismo – del Maestro Dogen, el texto ingles habla de: “high spirited and low spirited” lo que en este blog hace dos jornadas hemos traducido con “los que dan mas y los que dan menos”. Osea que en realidad el traducir “high spirited and low spirited” al castellano nos puso ante un problema serio en cuanto a la traducción y comenzamos a preguntarnos sobre el sentido de las palabras para acercarnos lo mas posible al significado de las palabras en ingles. Comprobamos otras traducciones de otros idiomas y decidimos traducir este pasaje con “los que dan más y los que dan menos”. Así hemos podido experimentar que el traducir no es solamente una traducir de palabras de un idioma a otro sino que también un proceso interno. Porque, ¿cómo se podría expresar de otra manera “high spirited and low spirited” en castellano de una manera que concuerde con la comprensión budista? Así podemos observar que la traducción en nuestra practica nos enseña mucho sobre el Budismo en si. El traductor tiene una labor creadora donde muchas veces tiene que sobrepasar los limites interpretativos. Tal vez como el niño que también aprende un idioma al traducir las palabras a su propia comprensión y a partir de ahí comienza a comunicar con el exterior.
Ósea que la comprensión correcta es necesaria ¿pero se puede alcanzar esta solo por medio de las palabras? Es aquí donde hay que recordar que la traducción budista siempre ha estado acompañada por la transmisión de maestro a discípulo. Esto porque para traducir en el sentido budista, es necesario comprender. Por que la comprensión budista no requiere solo una comprensión intelectual si no que también y sobretodo una corporal. ¿Por qué? Porque comprender solo a nivel intelectual siempre será solo una descripción de la realidad y nunca la realidad misma.
Si queremos comprender en el sentido budista, el maestro Dogen habla en el Shobogenzo de la importancia de Hishiryo que durante Zazen aparece gracias a la inmovilidad del cuerpo y a la plena presencia en el aquí y ahora de la mente. Con Hishiryo el pasado, el presente y el futuro se transcienden. En castellano no existe una palabra unica que describa Hishiryo pero el significado de la palabra puede ser traducido por “conciencia original y universal antes del pensamiento”. A partir de hishiryo, la vida y el mundo se observan sin separación entre uno mismo y el mundo; entre uno y Buda.
Así, al intentar de explicar o traducir la palabra Hishiryo, rápidamente podemos comprender que en definitiva las palabras nunca alcanzaran la verdad absoluta pero como un mapa, la traducción puede ayudarnos, puede sernos un guía, hacia una interpretación integra y sin discriminación de la realidad. Así, para interpretar de manera correcta las enseñanzas budistas es necesario dar un paso mas. A la comprensión intelectual hay que sumarle la comprensión corporal y es ahí donde el tomar la postura de Zazen se hace imprescindible. Solo de esta manera realizamos las enseñanzas del Buda y comenzamos a aprendemos a interpretar nosotros mismos lo que la verdad absoluta nos dice sobre el mundo de los fenómenos y lo que los fenómenos nos dicen sobre la verdad absoluta.