LAS FLORES

Flores que flotan,

Con las hojas abiertas,

Sobre el agua.

Hay quienes dicen que las flores son como fantasías al ocaso. Que son como sueños fugaces. Ilusiones que se desvanecen de un momento a otro. Que son débiles y prescindibles. A la vez hay otros que enamorados de sus colores y fragancias las admiran y las idolatran. Hacen de las flores el cielo y la tierra. Símbolos de elogio y prestigio. Mares de pasiones. Ante todas estas perspectivas de sombras luces y colores frecuentemente me pregunto ¿es que no ven que las flores también responden a las leyes del universo? ¿es que no perciben que también ellas llevan en si la tierra, el agua, el fuego y el viento? ¿Es que no notan que ellas, como la primavera, aparecen siempre cuando surgen las condiciones para que se manifiesten? ¿Es que no ven que ellas también se desvanecen cuando se dan las condiciones para que se transformen?   

No, no es que me oponga al orden. Es que la naturaleza tiene su propio orden y este es el orden que ha hecho posible la vida sobre la tierra. No, no es que no me plazcan la luz y la belleza. Es que en la luz también hay oscuridad cuando hay apego. No, no es que no me guste la normalidad. Es que la normalidad no suele ser un termino que compagine muy bien con la realidad porque lleva en si una preferencia. No, no es que esté contra el progreso, solo que cuando el progreso es visto solo desde lo material este en vez de avance inicia el retroceso. Una sola flor es suficiente para desvelar todos estos misterios. Es suficiente para parar una mariposa en su vuelo. Solo hay que observarla dejando de lado todos los conceptos. Apartando los puntos de vista personales, las ideas preconcebidas, las comparaciones, el conocimiento heredado a través del tiempo. Desde ahí observo que el mensaje que me dejan las flores, en realidad no es ni un llamamiento a que cambie mis ideales por otros supuestamente mejores. Mas bien es una apelación por jamás dejar de ponerlos en duda para que nunca dejen de renovar su inicial belleza. Como una flor que sin tener que compararse o competir con otras de momento a momento simplemente florece.

Desde el confinamiento. Desde el silencio causado por la frenética actividad de una millonaria ciudad parada en seco me es más fácil verlo. Queda claro que hay muchas cosas que deben mejorar. La pobreza como el constante deterioro del medio ambiente no pueden representar el estado natural de las cosas. Al igual que tampoco lo pueden representar los prejuicios y los estereotipos frente a quienes piensan o creen en algo diferente. Me pregunto sobre el origen del sufrimiento tanto en lo interno como en lo externo y llego a la conclusión que la verdad puede ser dolorosa. Algunas veces incluso hasta irresistible. Llego a pensar que el sufrimiento es algo propio de la naturaleza humana. En momentos como esos me pregunto que hacer para salir de este callejón si salida, que hacer para deshacerme de esta visión que me bloquea en mi energía vital. Que nos bloquea en nuestra energía vital. Indago en mi mismo, miro hacia mi interior y nuevamente vuelvo a encontrarme con la visión dualista que divide. Así como entre lo justo y lo injusto, también entre la belleza y la fealdad, entre la luz y la oscuridad, entre el dolor y la felicidad. Nuevamente me pregunto ¿si las palabras ya en si mismas llevan integradas la discriminación, habrá alguna solución posible? Lo intento de manera diferente. Aceptando e integrando la otra cara de cada concepto mental. Aceptando también fealdad que hay también en la belleza, viendo la oscuridad que hay también en la luz, la justicia que hay incluso en lo injusto, la felicidad que hay hasta en el dolor y ¿por qué no? también la vida que hay en la muerte. Me sorprende la fuerza de este pensamiento integrador, su envergadura. Me sorprende su mensaje de paz pues nada excluye y todo lo deja en su sitio. Incluso el cambio continuo.

En la naturaleza todo es claro y transparente. Todo sigue el orden impuesto por su movimiento. La tierra da vueltas alrededor del sol y a la vez da vueltas sobre su propio eje. Esto lleva a que por oriente salga el sol y a que se ponga por poniente. El día y la noche al igual que el norte, el sur, el este y el oeste son el resultado de esta circulación. Y dependiendo de este movimiento natural se mueven también la vegetación, los animales, los peces en los océanos como las bandas de pájaros en el cielo del horizonte. Así también el ser humano. Así también las flores. Llevan en si tanto las ideas abstractas como el mundo material y concreto. Tanto el mundo profano como las verdades más profundas. Tanto las palabras como también el silencio.

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