NO-DIFERENCIACIÓN

En el silencio,
Llama con su presencia.
La gran montaña.

LLega la temporada de Ango – el permanecer en la tranquilidad, en el silencio – y una vez más llega justo a tiempo. Es como la mariposa que llega justamente cuando la flor se abre. Como la flecha que se atrapa con los dientes en el aire. Como la gota que entra nuevamente en el agua y se hace inconmensurable. O como el grito de un niño porque tiene hambre.

Como nunca antes tengo la sensación que la época de Ango esta vez llega justo en el más preciso instante. En el momento cuando la mente más azota con sus mecanismos. Precisamente cuando veo la ignorancia en los intentos de convertir a alguien en algo que no es, de apropiarse de su riqueza espiritual o de hasta practicarle el exorcismo solo porque no cree en lo mismo y permito que esta ignorancia me entristezca y me desanime por dentro. O cuando observo como se transporta un karma de una generación a otra pretendiendo hacer creer que educar significa manipular y me doy cuenta por que se dice que la rabia es un veneno. Al igual que cuando en mi afán por alcanzar mi objetivo me doy cuenta que la palabra libertad no implica solo autodeterminación sino que también hacerse responsable y que esta responsabilidad también significa considerar los efectos que nuestras acciones tienen sobre el bienestar de los otros. ¿Seré entonces yo mismo, con lo que pienso, con mis escritos o por buscar una vida mejor el culpable de que otros maltraten o retengan a mis hijos? Me rindo. Me rindo ante el hecho que la mente intelectual jamás será verdaderamente inteligente. Me rindo ante el hecho que siempre he de seguir yendo mas profundo, que he de llegar hasta la mente original donde hay unidad entre la accion, la palabra y el pensamiento. Me rindo ante el caso que el saber, como el yo, jamás será un estado estable. Me rindo y la verdad es que la época del Ango ha llegado justo a tiempo.

Me pregunto porque la practica de Ango – la tradición que se basa en retirarse de la vida en sociedad por un periodo de tiempo, tantas veces ha sido malinterpretada. Se ha dicho que Buddha introdujo esta practica solo para protegerse del Monsun de verano. O para insolarse y para demostrar así que sus verdaderas enseñanzas se movían más allá del mundo de las palabras. Quizás comprendiendo que las mas altas verdades solo se expresan cuando toda actividad mental haya desaparecido completamente. ¿Será esta la razón por la cual muchas veces se ha deducido que el No-pensar y el No-hablar son la mas alta verdad misma? Pero la verdad es que esto en realidad es un desconocimiento. En el Dharma no hay objeto o fenómeno específico alguno que se venere – pues absolutamente todo es impermanente. Lo que da a entender porque que solo al no haber objeto alguno al que se venere se puede entrar en la verdadera armonía entre el cuerpo y la mente. Algo que a la vez me dice que la única manera de superar el sufrimiento no es ni negándolo ni evitándolo sino que afrontándolo directamente. A eso en el Budismo le llamamos Mindfullness – practicar la conciencia plena – al mantener la llama de la no -diferenciación siempre viva.

Querid@s amigos, estimd@s lector@s, debido a la practica de Ango me retiro dejando con ustedes las siguientes palabras del maestro Tendo Nyojo, profesor del Maestro Dogen:

Enderezcan sus huesos sobre el piso llano.
Escabense una cueva en el espacio.
Desborden las limitaciones del dualismo
Y capten el mundo de la no- diferenciación (1).

1. Eihei Dogen. Shobogenzo Ango – El entrenamiento de verano.