¿Quién es quien?
No se puede distinguir,
En la lejanía.
En nuestra práctica, cuando llega el momento en el cual se nos cansa la vista de ver lo que vemos en el exterior, cuando nos cansa el tiempo, cuando nos fatiga la vida o cuando nos cansa muerte, siempre llega el momento que nos hace reflexionar. Siempre arriba el instante que nos guía con su luz hasta el equilibrio del cuerpo y la mente otra vez. Que así nos hace entender la raíz de nuestro sufrimiento y de todo a nuestro alrededor que a partir de ahí nos permite corregir. Que nos hace ver con claridad que mientras que exista el aliento las puertas de la vida nunca se cerraran. Un instante de plena gratitud. Hacia la vida, hacia el ser. Que nos hace apreciar todo instante como un nuevo encuentro y que hace de todo encuentro una nueva oportunidad.
Un momento que desde lo mas profundo en nuestro interior de manera natural nos revela la profundidad del ultimo punto de las enseñanzas que nos deja Buda Shakyamuni antes de morir:
Ocho: evitar discusiones innecesarias (Estar verdaderamente libre de distinción significa “evitar discusiones innecesarias”. Evitar las discusiones innecesarias significa reconocer íntegramente la forma verdadera de todos los Dharmas).
El Buda dijo: Cuando vosotros monjes os prestáis para cualquier tipo de discusión, vuestro espíritu se pierde en la inquietud y la confusión. Aunque habéis abandonado vuestra casa (y os habéis hecho monjes) todavía no estáis liberados. Por está razón debéis abandonar inmediatamente estas discusiones molestosas y sin sentido. Si verdaderamente queréis disfrutar de la felicidad del Nirvana, liberaos del engaño de las discusiones sin sentido. A eso se le llama liberarse de discusiones innecesarias.
Una enseñanza de una simpleza y claridad inapelable y que a la vez llega hasta la medula misma de la practica de Zazen. Hasta más allá del miedo que llevamos oculto en nuestro interior, hasta la no dualidad. Hasta el gran espejo que revela la inmaculada verdad. Que resalta el temor que llevamos en lo mas profundo de nuestro interior y que muchas veces incluso ni sabemos que esta ahí pero que se delata a si mismo con la dualidad ya que donde hay dualidad inevitablemente hay también temor . Y alguien preguntara ¿qué miedo? ¿qué dualidad?. La dualidad que conlleva la atención dirigida exclusivamente hacia el exterior. Que se demuestra ya por ejemplo cuando esta ultima enseñanza de Buda Shakyamuni es interpretada como una llamada de atención de índole moral. Como si el Buda nos estuviese diciendo que hacerse monje o practicante del Zen significase callarse y no comunicar con los demás. Una Interpretación que vuelve a actualizar nuestra practica si volvemos con la mente a la postura de Zazen. La postura que así una vez mas nos demuestra que el equilibrio implica tanto el mundo exterior como el mundo interior. Que así nos recuerda la relevancia de comenzar desde nuestro interior porque solo desde ahí se nos hace posible acceder a la comprensión que las discusiones innecesarias en realidad comienzan en nuestro interior. Volviendo una y otra vez a la actividad de Zazen, manteniendo distancia de la actividad mental y retornando una y otra vez a la mente libre de apego y libre de rechazo. La actividad que nos hace comprender que toda distinción en realidad es fruto de la conciencia fruto de los cinco agregados que interpretan la realidad sin cesar. Una actividad a la cual volvemos una y otra vez y que con el tiempo nos va abriendo el paso para experimentar la profunda paz que conlleva consigo el comprender que todo lo que ocurre y existe innegablemente es parte de la realidad.
El capitulo “Hachi Dainingaku” – las ocho verdades de una gran persona – es el ultimo capitulo de la edición de 95 capítulos del Shobogenzo del maestro Dogen. De esta manera este capitulo representa tanto las ultimas palabras de Buda Shakyamuni como también las ultimas enseñanzas del maestro Dogen. El maestro Ejo, que subsigue a Dogen en la transmisión, relata que el estado de salud del maestro Dogen no le permitió terminar los últimos capitulos en los que estaba trabajando y que no mucho después falleció. De esta manera las ultimas palabras del Buda resuenan en nuestra conciencia como si fueran las ultimas palabras del maestro Dogen también, dándole así un sentido adicional a lo que para Buda Shakyamuni significa no diferenciar.
Pues este no diferenciar es la enseñanza que llega desde el Buda a través de todos los antepasados hasta nosotros y nos llena de gratitud. El agradecimiento por habernos hecho llegar las enseñanzas de la Gran Sabiduría y por habernos transmitido la postura de Zazen. La postura del cuerpo y la mente que nos enseña a vivir nuestra vida desde el equilibrio que no separa entre nosotros y todo a nuestro alrededor. Gratitud por despertar en nosotros la certeza de que si nos hemos encontrado con estas enseñanzas y las podamos estudiar y compartir es porque muchas condiciones propicias en todas las direcciones han permitido que así pueda ser.
Queda solo decir que después de estas ultimas enseñanzas el Buda dijo solo unas palabras mas pasando después al Parinirvana. Estas ultimas palabras son:
Vosotros monjes deberíais dedicaros con cuerpo y espíritu y sin omisión a la verdad de la liberación. Todas las cosas de este mundo, se muevan o no se muevan, son sin excepción formas impermanentes que se revertirán en la destrucción. Vosotros deberías parar ahora y no hablar mas. Mi tiempo se ha terminado, yo voy a pasar al otro lado. Esta es mi ultima enseñanza.
Nota: A tod@s aquell@s que deseen seguir profundizando y compartiendo estas enseñanzas de Buda Shakyamuni y del maestro Dogen con nosotros, les informamos que en el próximo mes de Julio habrá dos eventos a cuales les invitamos cordialmente. El primero es el sesshin de invierno que tendrá lugar en templo Busshinji de Sao Paulo con la presencia de Dosho Saikawa Roshi. Mas información aquí.
Y el segundo evento es el Zazenkai de un día que tendrá lugar en Santiago 18 de Julio bajo la guía de Meiyo, quien publica en este blog. Mas información seguirá dentro de los próximos días. Gassho
