NOSTALGIA


Cuando los budas son realmente budas, no necesitan reconocerse como budas – Eihei Dogen

Para muchos de nosotros la niñez es aquel tiempo de nuestras vidas en el que nos sentíamos libres de toda obligación, de todo concepto y donde vivíamos de instante a instante decidiendo en todo momento sin pensar mas allá lo que el próximo instante pudiese traer. Para otros la infancia es aquel lugar y tiempo como de otra dimensión donde nuestro mundo estaba lleno de magia, mística y AAmor. Un mundo de sentimientos profundos, en el que éramos sensibles de verdad porque estábamos mas abiertos y todo era nuevo y especial. Nostalgia. Miramos hacia atrás en el tiempo y un sentimiento de melancolía se hace poder de nuestra conciencia, echando en falta ese lugar, esas emociones fuertes de calor y de protección donde éramos felices y por eso todo era mejor. Una nostalgia que hace de la infancia muchas veces un tiempo y lugar que nos cuesta abandonar, y que hace que sigamos cultivando en nuestra vida un comportamiento donde vamos cambiando un juguete por otro, desde el primer osito hasta la primera guitarra o la primera relación. De esta manera seguimos tocando la misma canción que después de décadas ya no suena tan punk. Así, si no ponemos cuidado hacemos hasta de nuestra práctica una diversión.

Visto de esta manera, ¿qué significa volver la vista atrás en el tiempo y permanecer en la nostalgia, sino una separación? Una separación que nace en la conciencia y que sin darnos cuenta nos lleva a separar entre nuestra infancia y la vida actual perdiendo así de vista el niño que se encuentra en este momento en todo rincón de nuestro interior. Y al perder de vista el niño que se encuentra ahora mismo dentro de nosotros, al crear una separación entre el que éramos en nuestra infancia y quien somos ahora, sostenemos una visión sobre el tiempo que separa entre la infancia, el adulto y la vejez. . Una imagen que implica que los niños son una persona en desarrollo. Lo que a la vez puede significar que un niño ni tiene las mismas facultades ni los mismos derechos que un adulto aun. Pero en nuestra práctica enfocada en este instante, el niño contiene en si tanto el adulto como el anciano a la vez, y de la misma manera el adulto lleva en si tanto el niño como el anciano y el anciano tanto el adulto como el niño. Esto porque en este instante no existe la separación. Lo que esta en el pasado esta en el pasado y no se mueve hacia el presente y lo que esta en el presente no va del hacia el pasado. Como la imagen de la luna sobre el mar que el maestro Dogen emplea para explicar la naturaleza de nuestra existencia. (1) La imagen de la luna sobre las olas del mar cambia en todo momento pero a la vez refleja en todo instante nuestro verdadero ser.

El monje que se encontraba atrapado entre un tigre y el abismo no podía escapar de su realidad y pudo aceptar este hecho con tranquilidad. Fue entonces cuando encontró una frute dulce y la pudo saborear incluso en esta situación extrema ¿O tal vez pudo encontrar la fruta dulce por que era extrema la situación? No lo sabemos. Lo que si sabemos es que para encontrar la frutas dulces en el Zen, es imprescindible abandonar cualquier expectativa, cualquier especulación, es necesario entregarse por completo a este instante. Incluso cuando si se esta sufriendo no hay nada que esperar. Ni disminuir el sufrimiento, ni huir del el y tampoco ir detrás de el, a esto le llamamos en el Zen serenidad. El viento no nos sopla en contra, el viento simplemente sopla. Si observamos de esta manera la realidad hay varias conclusiones que podemos sacar: nos damos cuenta que el mundo de las diferenciaciones, así como la nostalgia, es un espejismo de nuestras emociones. Un espejismo que nos enseña que lo que nos gusta o no nos gusta no tiene importancia alguna.

En nuestra práctica es de esencial importancia despertar a la ilusión del propio Karma(2).
¿Que es lo que nos hace correr detrás de lo que nos gusta y huirle a lo que no nos gusta? Tal vez nuestro Karma. Ósea que la acción producida por el cuerpo, por la palabra o por el pensamiento y que genera frutos que se recogen en forma de felicidad o de desgracia según la naturaleza de los actos cometidos. Tal vez sea solo nuestro Karma lo que nos hace despreciar este instante que alberga tanto el pasado el presente y el futuro para sujetadnos a la nostalgia que añora un instante del pasado que supuestamente fue mejor.

Cual es la esencial enseñanza del koan del post anterior? Tal vez que seamos niño o seamos adulto en este momento no hay nada que añorar. Permitir que las circunstancias se den sean las que sean significa así, seguir la ley del universo y significa así romper la cadena de causa y condición.

(1) Shobogenzo – Genjo Koan
(2) Ver mas en:http://www.sotozen.cl/?p=767

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