Sin un comienzo,
¿Que más da ser primero?.
Orden natural.
La justicia establece el orden. Es lo que nos permite convivir en paz y tranquilidad independientemente de nuestras convicciones o comprensión. Es aquello que establece los espacios que nos corresponden sin diferenciar si somos del norte o del sur. El orden dentro del cual podemos ser diferentes, tener opiniones distintas y aun así movernos con toda libertad en sintonía con el movimiento universal. El orden intrínsico de todas las cosas que se expresa también en el exterior y que comprende desde la más diminuta de nuestras células hasta todo a nuestro alrededor. Desde nuestro intestino hasta nuestra alimentación. Desde nuestro hígado hasta el perro y la ciudad. Desde nuestros pulmones hasta el bosque, el campo, el mar, la tierra, la luna, el sol. El orden habita simplemente en todas las cosas. En las nubes, en el viento, en el agua, en nuestra respiración. El mismo orden al cual nuestro intelecto ya tantas veces se ha resistido a seguir y al cual a pesar de todas las lecciones que nos haya concedido la incorrumpible ley de causa y condición seguimos resistiéndonos. Sea por ignorancia o sea simplemente por rabia o avidez. El orden que nos demuestra tantas cosas a la vez. Que la justicia en realidad es un proceso que esta en constante transformación. Que si queremos ser justos de verdad, hemos de considerar que el orden que se encuentra en lo absoluto no es un orden que lo enseña la educación. Pues es el orden de lo invisible. El orden de lo inescuchable, de lo insondable. Es el orden de lo casi inexistente. El orden de las dos caras a la vez. El orden del silencio severo cual solo enseña a través de la consecuencias que conlleva la ley de causa y condición como también el orden dulce y fragil que concede la comprensión real.
Yo primero. ¿Verdaderamente piensas que este es el orden cual todos deberíamos seguir? ¿O es esta nuevamente una de estas verdades alternativas, Fake news o postverdad como se le suele llamar en ultimo tiempo al intento de instrumentalizar el derecho a la información?. Pero tu y yo sabemos que no es así. Tu y yo, más allá de lo que nos separa, sabemos que “Yo primero” así como tu lo propones, más allá de ser una estrategia es solo una reacción. Un reflejo del temor. En realidad el miedo a perder. El miedo a ser vulnerable. El miedo a que esto en realidad no sea un cuento con Happy End. Pero aun así, te lo creas o no, a pesar de la mala noticia tengo otra muy buena especialmente para ti: “Yo primero” no tiene porque ser un dilema. ¿Cómo? “Yo primero” no tiene porque ser un problema, si, pero esto solo si el “Yo” implica todas las cosas y todos los seres a la vez. ¿Sorprendido? Pues si. Esto es lo que destaca el verdadero orden que se encuentra detrás de todas las cosas. Por perdidos o desorientados que nos pensemos siempre es posible volver al orden natural. Lo que realmente es una buena noticia, pues si miramos con atención el desorden no se encuentra solo en soluciones tan placativas como “Yo primero”. El desorden en realidad lo encontramos por dondequiera. En lo social, en el nacionalismo, en el proteccionismo, en la discriminación pero también y sobretodo en nuestro interior. Incluso en términos tan esenciales como el amor. Distinguimos entre el amor propio y el amor hacia los demás sin notar que ya en el mismo instante ha surgido una separación. Al distinguir. A partir de esta distorsión, las palabras crean su propia realidad. ¿Así a quien más le sorprende que confundimos el sexo con el amor, o el amor con la compasión? Todos estos síntomas de sentirnos desconectados del orden natural. Muchas veces lo sentimos, lo percibimos, sabemos que existe y que está ahí pero aun así no le podemos comprender, ni menos le podemos explicar. Y llegando aquí hay algunos que dicen que la palabra jamás podrá llegar a expresar el vasto e insondable vacío así como el silencio lo puede hacer ¿de verdad piensas que eso es así?
La reacción más natural ante el desorden, lo dice ya la palabra, es la de ordenar. ¿Pero por donde comenzar? Esta es una pregunta que las diferentes creencias y tradiciones la resuelven a su propia manera original. En el Buda Dharma también hay muchas maneras para establecer la conexión, puede ocurrir a través de zazen como también puede ocurrir caminando, cocinando, barriendo o reflexionando. Aun así, porque el cuerpo y la mente son una unidad la comprensión es débil si no va acompañada de la meditación. Lo que explica por qué la primera actividad después de levantarnos y hacearnos es la meditación. Así es como comenzamos el día ordenando tanto nuestro interior como nuestro exterior. Nos ordenamos a nosotros mismos, ordenamos nuestra casa como se suele decir y de paso ordenamos también la sociedad. Pues cuando hay orden en el interior también lo hay en el exterior. Hay quienes dicen que es magia pero no lo es. La meditación en realidad no es ni más ni menos que un método para reestablecer el orden natural. Un orden que va mucho más allá de lo que imaginamos que podría ser pues establece orden no solo en el espacio, en el cuerpo o en la mente sino que en el tiempo también. Comenzamos a ver nuestro karma personal y entre más comprendemos como todo esta entrelazado con todo, mas claramente vemos que ha llegado la hora de soltar. Las heridas del pasado comienzan a cerrarse, lo que naturalmente influye sobre el presente y ¿cómo no? sobre el futuro también.
Quizás sigas pensando ahora que el orden natural que se encuentra en todas las cosas es una debilidad. Pero te aseguro que no lo es. Debilidad es aferrarse a semi verdades sin haber llegado hasta una comprensión real. Lo que se expresa cuando mientes en nombre de tu creencia convencido de que ser fuerte significa saber mentirle a aquellos que no creen en lo mismo que tu. Pero pregúntaselo a cualquier persona en la que puedas confiar de verdad y te aseguro que te dirá lo mismo que te estoy diciendo yo aquí: cuando mientes, lo único que ocurre es que te has convertido en un mentiroso más. Y para que lo tengas claro: no te estoy intentando de convencer. Es solo que lo se. Así como se que tarde o temprano me entenderás. Aun así, créeme que te entiendo, pues también en nuestra práctica si no hemos llegado a una comprensión real todo lo que existe es confusión. Lo que demuestra que las así llamadas verdades alternativas en realidad no sean nada nuevo pues en nuestra práctica ya desde hace siglos que existen los Fake News. Así hay algunos que en su confusión, a través de malas traducciones llegan incluso a la conclusión que el Zen es la mentira más grande que hay. Lo que quiero decir con todo esto es que para harmonizarse con el orden natural se requiere una practica sincera y entregada de verdad. Lo que implica estar dispuesto a seguir indagando a pesar de cualquier verdad. Algo que ilustra la siguiente historia:
Una vez un monje le preguntó al maestro Daizui:
– Uno de los antiguos se encontraba en la nieve y se cortó el brazo. ¿Qué verdad buscaba?
El maestro Daizui le respondió:
– El no se cortó el brazo.
El monje protestó:
– ¡Si que se lo cortó! ¿Porque dices que no se lo cortó?
Daizui respondió:
– El disfrutaba de la nieve.
El monje veía solo una realidad parcial. No veía el orden del movimiento universal. El orden que llevó al maestro Eka a cortarse el brazo. El mismo orden que hizo que Bodhidharma se diese vuelta para comenzar a enseñar. Y es que el verdadero orden solo se ve a través de la unidad. La unidad del silencio y la palabra. La unidad de lo material y lo espiritual. La unidad de lo mental con lo corporal.