Dogen Zenji una vez contaba:
“El maestro Hogen estudio con el maestro Keishin Zenji. Un día el maestro Keishin Zenji le preguntó a Hogen:
Joza, ¿a donde vas?
Hogen le respondió: estoy peregrinando sin meta alguna
Keishin dijo: ¿Cual es el objetivo de tu peregrinación?
Hogen dijo: No lo se
Keishin dijo: No saber es lo mas profundo.
En ese momento Hogen vivió un profundo Despertar».
Hoy como nunca antes, son la rentabilidad, la eficiencia y el beneficio los motores de nuestra sociedad. Todo este aparente movimiento de progreso se acelera aun mas a través de los medios de comunicación que comentan sin cesar la crisis económica, las catástrofes que ocurren, la criminalidad y los problemas medioambientales entre otros temas. ¿Pero hasta que punto es todo este progreso algo real? ¿Progreso hacia adonde?
Al comenzar con la práctica de Zazen una de las primeras enseñanzas que recibimos es la importancia del espíritu que no pretende obtener nada, un elemento central dentro de la práctica de Shikantaza. Se trata de la actividad mental que no se apega a ningún objeto y no busca ni beneficio ni resultado. Es a través de esta práctica como empezamos a ver claramente que el patrón de comportamiento de la sociedad competitiva esta profundamente incrustado también en nosotros. La misma actitud que mueve a la sociedad y sus medios de comunicación la encontramos también dentro de nosotros:
Por una parte reclaman los medios de comunicación soluciones a los problemas de la sociedad pero por otra parte reesfuerzan y aceleran el deterioro social al entrar en la lucha de la ley del más fuerte, del más competitivo, del que vende más. Y el mismo proceso lo podemos observar dentro de nosotros: vemos nuestra felicidad en los logros materiales, nos identificamos con lo que representamos, buscamos superarnos a nosotros mismos y no nos damos cuenta cuando nos estamos distanciando de nosotros mismos – y con eso de los demás.
En el Zen se dice: no hay afuera y no hay adentro. La necesidad de balance entre responsabilidad social y la libertad individual la comprendemos y la realizamos con el cuerpo a través de la práctica de la actividad mental sin objetivo, sin espíritu de ganancia. Es la practica de Zazen sin objetivo, la practica de Shikantaza, lo que nos permite comprender que el esfuerzo de progreso como actividad karmica es lo que nos hace desviar nuestra atención hacia un futuro aparentemente mejor. Y en nuestro esmero por alcanzar nuestras metas creamos ilusiones y al perseguir las ilusiones perdemos de vista el único lugar donde se encuentra la vida: aquí en este instante.
La practica del Zen, de Zazen, enfocada el la actitud justa, consiste en dejar pasar todo, concentrándose en la acción inmediata sin egoísmo. Es la práctica de esta actividad, lo que nos demuestra que las limitaciones karmicas son solo una creación de la mente. Y es asi como comenzamos a ver las cosas como verdaderamente son – que siempre estamos en unidad y que moverse como individuo en armonía con todo lo que nos rodea no es una utopia si no que la condicion normal de las cosas. Comprendamos o no, nos guste o no – siempre seremos uno con todo.
La practica de Zazen incluye muchas satisfacciones y tambien muchas desilusiones que no siempre son fáciles de asumir pero siempre nos sentimos llenos de gratitud porque sabemos con cuerpo y espíritu que al movernos en dirección hacia la unidad, el soltar es el mayor éxito de todos.