Zazen es la autentica puerta al Dharma de Buda – Eihei Dogen
A diferencia de todas las otras definiciones de la libertad que conocemos en la vida cotidiana donde el individuo lucha por ser libre, la comprensión budista sobre la libertad es que desde siempre hemos sido libres. Solo que la libertad requiere realización. Una realización que implica superar el estado dual de la mente que nos hace creer que existe un yo separado a todas las otras existencias. Una realizacíon a la que se llega a través de la práctica diaria de Zazen que es donde comprendemos con cuerpo y mente que “tu” y “yo” son solo construcciones mentales. Interpretaciones de una realidad inmaculada en todo instante.
Según el Maestro Dogen es todo acto en este mismo instante la realidad y la verdad a la vez.
Sobre la realización de la no-separación, que en el Budismo equivale a la liberación, dice el maestro Dogen en el Shobogenzo Bendowa lo siguiente:
En este momento, todo en el Universo en las diez direcciones- el suelo la tierra, el césped y los árboles; las cercas, las murallas, las tejas y las piedras – lleva a cabo el trabajo de Buda. Las personas que reciben los beneficios producidos así por el viento y el agua, son ayudadas místicamente por la influencia magnifica e impensable de Buda, y revelan el estado inmediato de la realización. Todos los seres que reciben y utilizan esta agua y el fuego, esparcen la influencia de Buda en el estado original de la experiencia, de manera que aquellos que viven y conversan con ellos, también recíprocamente dotados con la ilimitada virtud de Buda. Al expandir y promover su actividad lejos y ampliamente, ellos impregnan el interior y exterior de todo el Universo con el ilimitado continuo, impensable e incalculable Dharma de Buda.
Sin embargo el estado no resulta opacado por las visiones de estos individuos, porque el estado en el silencio, sin actividad intencional, es una experiencia directa. Si dividimos la práctica y la experiencia en dos etapas, como en los pensamientos de la gente común, cada parte puede percibirse y entenderse de forma separada. Pero si la percepción y el entendimiento se mezclan, eso no corresponde al estado regular de la experiencia, porque el estado regular de la experiencia se encuentra mas allá de la emoción ilusoria. Aunque, en el silencio, la mente y el mundo externo entran juntos al estado de la experiencia y trascienden el estado de la realización, esos movimientos corresponden al estado de recibir y usar el yo. Por lo tanto, los movimientos de la mente y el mundo externo no mueven ni una sola molécula, ni perturban ni una sola forma, pero logran el vasto y gran trabajo de Buda y la profunda y magnifica influencia de Buda. El pasto, los árboles, el suelo y la tierra alcanzados por esta influencia guiadora irradian gran esplendor, y su predica del profundo y magnifico Dharma no tiene fin. El pasto, los arboles, las cercas y las paredes son capaces de predicar para todas las almas, tanto la gente comun como los santos, predican para el pasto, y, de manera inversa, todas las almas, tanto la gente comun como los santos, predican para el pasto, los árboles, las cercas y las paredes. Al mundo de la autoconciencia y al mundo de la contienda de los objetos externos, no les falta nada – ya están provistos de la forma concreta de la experiencia verdadera. El estado regular de la experiencia verdadera, cuando se ve activado, no permite ningún momento de ocio. Incluso si es solo un ser humano el que se sienta por un momento, Zazen entra así en una cooperación mística con todos los dharmas, y penetra completamente todos los tiempos; y por ende lleva a cabo, dentro del Universo ilimitado, el trabajo eterno de la influencia guiadora de Buda en el pasado, el futuro y el presente. Para todos es completamente la misma práctica y la misma experiencia. La práctica no esta relegada al solo hecho de sentarse; golpea el espacio y resuena, como el zumbido que continua antes y después de la campana. ¿Cómo podría limitarse la práctica a este lugar? Todas las cosas concretas poseen la práctica original como sus características esenciales; esto se encuentra más allá de la comprensión. Debemos recordar que, incluso si los incontables budas en las diez direcciones, tan numerosos como las arenas del Ganges, intentaran con toda su fuerza y todos su conocimiento búdico, calcular o comprender el merito de Zazen de una persona, no podrían siquiera acercarse.