¿Qué es un sueño? ¿Qué es la realidad? Preguntas que, especialmente durante un retiro de práctica intensiva como lo es un Rohatsu sesshin, surgen con frecuencia. Retiros que al concluir nos enseñan que, sea el sueño real o no, lo más importante es seguir el curso natural de las cosas. Es que al seguir el curso natural de las cosas, de manera natural se extingue la visión que diferencia entre la ilusión y el despertar. Es esta la visión a la que se refiere el Maestro Keizan durante su Teisho sobre la transmisión del Dharma del Maestro Kumorata (1) cuando habla de la importancia de “adquirir conocimiento sobre vidas anteriores”.
Cuando la vida nos parece ser un sueño o cuando la vida nos parece ser la realidad, sin tener claridad sobre que significa “adquirir conocimiento sobre vidas anteriores” distinguimos entre la ilusión y el despertar. Cuando existen la ilusión y el despertar existen en nuestras vidas también el amor, la pasion tanto como la crueldad. Solemos tomar entonces posición y juzgar. O tal vez simplemente nos preguntarnos ¿por qué caen justamente las personas amables y compasivas mientras que las malvadas triunfan y consiguen el bienestar? Solemos sacar entonces la errónea conclusión que no existe la ley de causa y efecto, que no existe el Karma y pensamos que la felicidad y la infelicidad dependen de la suerte. Pero “adquirir conocimiento sobre vidas anteriores” significa tambien tener la certeza que a travez de los tres tiempos, la ley de causa y efecto existe sin discrepancia alguna y los que cometen la injusticia, caen y los que cometen justicia, se levantan.
Así, independiente a que la realidad nos parezca un sueño o nos parezca real, es importante “adquirir el conocimiento sobre las vidas anteriores”. Para ello tal vez solo se deba dejar de distinguir entre el bien y en el mal. Manteniendo la atención en este instante, superamos todas las distinciones y arrancamos de raíz la ignorancia del pasado, presente y futuro y arrancamos con ello no solo la raíz del karma si no que también tanto sus semillas como sus frutos. Cuando dejamos de distinguir entre el bien y el mal, la naturaleza de Buda es la Mente vacía y resplandeciente que es a la vez es la inmensa e ilimitada realidad.
Concluyendo entonces, ¿qué es un sueño y que es la realidad? En el capitulo Muchu setsumu del Shobogenzo el maestro Dogen, responde a esta pregunta de la siguiente manera:
Porque la suprema verdad no es otra cosa que la suprema verdad, le llamamos un sueño. Soñamos este sueño, lo explicamos, el sueño se hace realidad y nosotros mismos somos este sueño. Si no soñásemos este sueno, este no podría realizarse y si este no se pudiese realizarse, nosotros no lo podríamos soñar. Si no existiese este sueño, no habrían Budas y si los Budas no lo soñasen jamás podrían aparecer en el mundo para darle vueltas a la maravillosa rueda del Dharma. A esta rueda del Dharma, que enseña un sueño en un sueño, solo le dan vueltas los Budas juntos a otros Budas. Solo cuando se enseña un sueño en un sueño, existe la asamblea de los Budas y patriarcas que proclaman la suprema verdad. Además, cuando el cuerpo de los Budas sigue desarrollándose, los Budas seguramente siguen enseñando un sueño dentro de un sueño. En este sueño solo existe el respeto y la dignidad de los Budas juntos a otros Budas. Ellos no están fijados en su cabeza o en sus ojos, ni en la medula ni en el cerebro, ni en el cuerpo ni en la carne, ni en sus manos ni en sus pies. Porque no están fijados en nada, viven en completa unidad con los objetos. A esto le llamamos lo profundo en lo profundo, lo maravilloso en lo maravilloso y la realización en la realización. Le llamamos también „ponerle una cabeza a una cabeza“. Es sin duda los actos y los hechos de los Budas y patriarcas. Cuando los seres humanos comprenden la expresión de mas arriba (de manera convencional) piensan solo en que, la cabeza debe ser la corona del cuerpo humano. Jamás se imaginan la cabeza como la corona de todo el universo. ¿Como podrían entonces imaginarse la cabeza como las millares de cosas claras y concretas? Pues no conocen la cabeza tal y como es. (2)
(1) Keizan Jokin – Denkoroku (Crónicas de la transmisión de la luz): Traducción: Francis Dojun Cook. 2006. Barcelona.
(2) Shobogenzo, Muchu setsumu – Eihei Dogen