Cada escalón,
Es un nuevo encuentro.
Cerca el portal.
Un ave que se posa sobre una roca para descansar. La luna que se encuentra con una nube fugaz. El agua que al pasar se adapta a todo lo que se encuentra. El sonido de una campana en la lejanía. Así es la razón. Un simple encuentro entre los elementos. Una constante expresión del movimiento de equilibrio de todo lo que acontece a nuestro alrededor. No existe algo fijo a lo que se le pueda llamar la razón y que esté separado de la emoción ¿cómo podría haberlo? Cualquier embriaguez ornamental que observemos en el exterior y que nos fascine de tal madera que nos impida vislumbrar el fondo siempre será solo un reflejo de nuestra interpretación. El sueño y la sobriedad, la utopía la distopía como incluso la realidad son solo puntos de encuentro en este constante flujo al cual solemos llamamos pensar.
Alguna vez he escuchado decir que un espíritu libre no tiene punch. Que no puede imponerse por que le falta fundamento. Que no puede prevalecer porque no sabe tomar decisiones. Que carece de consistencia y de línea porque le falta una visión concreta por medio de la cual pueda convencer. Se dice que un espíritu critico es como un camaleón, que cambia de colores de acuerdo a las circunstancias y que eso le resta credibilidad que carece de una perspectiva de futuro que le permita desarrollar un postura determinada frente a todas las cosas, una postura ética fuerte y concreta frente los problemas sociales, frente al neoliberalismo, frente al autoritarismo y el colonialismo, frente a la pobreza, frente a la corrupción. No sé, hay algo en esta posturas que no me acaban de convencer. Suenan a como que al fin y al cabo siempre hay que hacer compromisos con la verdad. Suenan simplistas como si albergaran en si una intención oculta, saben a rebaja o a un falso guiño, como esos que nunca me ha gustado emplear. Solo de una cosa me convencen de verdad, del poder de la simplificación. Lo que el populismo emplea de manera magistral. Fragmentar de tal manera lo que ocurre, sacar las cosas de tal forma de contexto que se confunda el fragmento con la realidad. Pero incluso a la simplificación se le puede anteponer una visión más amplia, la visión que pone todo en relación. La riqueza de aquí significa la pobreza de allá. El desarrollo de aquí implica la mano de obra barata y los bajos costes de material de allá. Lo que quiero decir es que también es una simplificación pensar la ética como un valor fijo que no cambia constantemente, que no depende de todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Esta es la ética débil, la ética sin fuerza de expresión. La ética que fácilmente se convierte en presa fácil para la corrupción. La ética de la cual el patriarcado sostiene que no tiene punch. Así que no nos equivoquemos, sería ingenuo pensar la corrupción como algo que ocurre aleatoriamente, seria casi infantil. ¿La tristeza y el lamento no serian rentonces sentimientos que expresan que no se ha comprendido la envergadura real del problema? pues la verdad es que hay muchos que toman la corrupción como un deporte o como un aspecto más de la competitividad. Ante estas posturas existe también la ética que no hace compromisos con la verdad. La ética que no se posa sobre ninguna opinión, que no se acomoda y que justamente por eso se encuentra en todo lo que hay. La ética del encuentro que es también la ética del dragón o del halcón. La ética de la verdadera sabiduría, la ética de la compasión.
El portal de entrada a un gran templo es llamado Sanmon lo que suele ser traducido como “portal de la montaña” o también “los tres portales”. Estos tres portales representan las respectivas puertas de la emancipación: Ku – el vacío, Muso – el vacío de la forma y Musa – el vacío de la acción o la mente en sincronía con el movimiento universal. Se puede indagar en significado de cada uno de estos portales aunque el significado de los tres se encuentre materializado en este portal principal que a la vez simboliza la puerta de entrada hacia una vida pacifica y libre de apego. ¿Pero que significa una vida pacifica y libre de apego? Separados los términos dan un sentido diferente. Una vida pacifica solemos comprender como una vida sin problemas. Bajo “libre de apego” solemos interpretar una situación en la cual no permitimos que nada nos retenga. ¿Será esta la comprensión de sabiduría y la compasión tal y como la propone el Budismo Zen? Dudas aparecen de manera natural pues una vida sin problemas no es algo que parezca real, ni tampoco una situación en la cual nada nos retenga pues que sería entonces de la responsabilidad. Dudas que se fortifican considerando que frecuentemente el portal principal Sanmon de un gran templo está cuidado por los guardianes Angyo y Ungyo. Agyo abre su boca y quema con su ira. Ungyo cierra su boca y reprime su ira. Estas son las características con las cuales estos guardianes cuidan del portal. Ósea que es imposible que la paz sea un estado de pasividad y el desapego uno en el que falte la responsabilidad. Así que pongo los dos términos en relación igual como lo he echo antes con la razón y la emoción y me doy cuenta que incluso la paz no tiene por que ser un estado estático. O con otras palabras si la mente no se posa en nada, si no se para en la distinción del bien y el mal, si permitimos que se haga uno con lo que acontece independiente a lo que sea, la paz se hace realidad. Algunos dicen que es magia pero lo dicen solo porque aun no conocen la fuerza de la integridad. Ocurra lo que ocurra, independiente que encuentro acontezca, sincronicidad entre el sentimiento, el pensamiento, la palabra y la acción. ¿Siendo así aun sigues creyendo que este tipo de estética no tiene punch?
El alba que apenas ruge al volver al mar. El rocío sobre el pasto de primavera al amanecer. La gota que cae del techo cuando llueve. El canto de las ranas en la lejanía. Todo es un encuentro. Todo es impermanente. Nada tiene una identidad fija separada a lo demás. Todo cambia constantemente mi entorno, yo, mi opinión.