Si comprendeis que Zazen es la Gran puerta de la Ley, sereis semejantes al dragon cuando penetra en el agua o al tigre cuando regresa a lo más profundo de la selva – Dogen Kigen
Con la historia sobre Sekko Shiko el maestro Dogen se refiere a la diferencia entre el Zen que se estudia por medio de las escrituras y el Zen que se estudia con el cuerpo y espíritu. El maestro Dogen cuenta:
“Sekko Shiko amaba dragones y decoraba su habitación con caligrafías y pinturas sobre dragones. Un día un verdadero dragón le visito porque había escuchado que Sekko amaba tanto a los dragones. Al ver al verdadero dragón, a Sekko le dio miedo y huyo. El amaba a las imitaciones y no a los verdaderos dragones.”
Lo que explica el maestro Dogen con esta historia, es que el estudiar el Dharma solo a través de las escrituras puede ser comparado con el amar a un dragón de papel. Para el maestro Dogen, practicar Shikantaza es amar al verdadero Dragón y se refiere a este hecho en el Fukanzazengi (ver sección Sutras) de la siguiente manera:
“Forma y sustancia son como el rocío en la hierba, el destino semejante a un relámpago – que se desvanece en un instante – Os lo ruego, honrados discípulos del Zen. Acostumbrados desde hace mucho tiempo a tantear al elefante en la oscuridad, no temáis al verdadero dragón”
Las ciencias estudian al ser humano siempre desde un punto de vista determinado pero ¿podemos llegar a comprender la verdad absoluta a través del análisis? ¿Moviéndonos dentro de un circulo, intentando de encontrar la respuesta ultimativa a algo que con palabras no puede ser descrito? El Zen consiste básicamente en la práctica de Zazen y no tiene que ver con ningún Dogma ni ninguna ideología sino que concretamente con la postura de Zazen. Por eso el verdadero Zen no es ni un razonamiento ni una teoría ni una idea que pueda ser comprendida, sino que la práctica misma de Zazen. ¿Pero como se realiza Zazen? ¿Cómo realizar la naturaleza de Buda? A través de Zazen.
Cuando practicamos el verdadero Shikantaza todo lo que pensamos que somos se va y lo que queda es lo que verdaderamente somos. En este mismo instante experimentamos la vivencia que nuestra verdadera identidad va mucho mas aya del ruido en nuestra mente y experimentamos la eternidad de este instante. ¿Y si este instante es eterno, no soy yo también eterno?
En el Zen del maestro Dogen todo el universo y todo el mundo de los fenómenos es la realización de las palabras de Buda. Cuando se comprende el mundo de los fenómenos tal y como es se puede reconocer el Buda Dharma de manera autentica. En el capitulo Sansui gyo – El Sutra de las montañas y el agua el maestro Dogen dice:
“Las explicaciones de la mente y las explicaciones de la naturaleza no son afirmadas por los patriarcas budistas. El ver la mente y el ver la naturaleza es la actividad animada de los no budistas. El quedarse en las palabras y el quedarse en las frases no es el habla de la liberación. Hay un estado que se ha liberado de los estados como estos: se expresa “Las Montañas Azules están caminando constantemente” y “la Montaña Oriental se mueve sobre el agua” Debemos conocerlo en detalle.
En las palabras “La mujer de piedra da a luz a los niños por la noche” El tiempo en que la Mujer da a luz a los niños, se le llama noche. En general, hay piedras masculinas y piedras femeninas, y hay piedras que no son ni masculinas ni femeninas, cuya función práctica apoya a los cielos y apoya a la tierra. Hay piedras del cielo y hay piedras de la tierra – como dicen los seculares, pero pocas personas lo saben. Nosotros debemos conocer los hechos de un parto: en el tiempo del parto, ¿se transforman tanto los padres como el niño? ¿Cómo podríamos aprender sólo en la práctica que el parto se realiza como (los padres) volviéndose los padres de un niño? Deberíamos aprender en la práctica y debemos comprender hasta el final, que el Tiempo del niño volviéndose el niño de los padres, es la práctica y experiencia de la realidad del parto.»