En los diferentes templos de la escuela budista Soto Zen se abren estas semanas las puertas para los niños. En los retiros para familias, los niños, con toda su curiosidad y alegría, se acercan a los tesoros budistas y se integran en las rutinas diarias donde se les otorgan pequeñas tareas. Mientras tanto sus padres se dedican primordialmente a la practica de Zazen.
Los retiros en familia, constituyen una buena oportunidad para reflexionar también sobre temas como la emoción, el apego y el sufrimiento. Y es que ya desde la misma historia de Sidharta, que abandonó su trono y su familia para convertirse en el Buda, han surgido muchos malentendidos en cuanto al apego y el sufrimiento. Así decía el Buda:
Elimina el apego y el sufrimiento abandonará tu vida.
Una frase que con las manos abiertas puede significar una brisa de aire fresco en nuestra vida así como también una frase que nos puede llevar a varios malentendidos. A preguntas como ¿hay que liberarse del apego para liberarse del sufrimiento? O ¿hay que abandonar las emociones para liberarse del apego? Malentendidos sobre las causas del sufrimiento así como malentendidos sobre lo que es el apego. Malentendidos que surgen del pensamiento lógico. Y es que visto desde un punto de vista relativo los sentimientos y las emociones, implican apego y sufrimiento. Mientras que por otra parte, visto desde lo absoluto, donde todo es parte de la unidad, donde no existe un yo separado, donde todo es impermanente, donde todo esta relacionado con todo y donde todo es la mente, el apego no es mas que una condición de la mente.
¿A que se refiere entonces el Buda, cuando habla del sufrimiento causado por el apego? Tal vez solamente a que el sufrimiento surge del apego a la idea que existe un yo como entidad independiente y fija. O con otras palabras: a la no aceptación del hecho que todos los sentimientos, que todas las emociones, están cambiando constantemente.
Va a aquí la historia de la transmisión del maestro Daii Doshin , discípulo del maestro Kanchi Sosan. Una historia que habla justamente sobre la senda de la liberación del apego y del sufrimiento a través de experiencia de la vacuidad.
DAII DOSHIN
Caso
El trigesimoprimer patriarca – cuarto patriarca chino – fue el maestro Zen Daii Doshin.
– Imploro a tu gran compasión para que me muestres el camino de la liberación – dijo el maestro, postrándose ante el venerable Kanchi Sosan.
– ¿Quién te esclaviza? – replicó el patriarca.
– Nadie – contestó el maestro.
– ¿Por qué, entonces – inquirió el patriarca – buscas la liberación?
Esas palabras bastaron para despertar al maestro
Circunstancias
El nombre del maestro que, desde el mismo momento de su nacimiento fue una persona extraordinaria, era el de Tao-hsin, y el nombre de su familia, que durante generaciones había vivido en Ho-nei, era el de Ssu-ma. Más tarde, el maestro se trasladó a Kuang-chi, en el distrito Ch´i-chou. En su juventud, el maestro aprendió muy pronto la enseñanza de la liberación de las escuelas que enseñaban la vacuidad (como si las conociera de vidas anteriores). A la edad de trece años visitó al tercer patriarca, el gran maestro Chien-chih (Kanchi Sosan). Poco después tuvo lugar el dialogo que hemos mencionado en la descripción del caso y, cuando Tao-hsin escuchó las palabras del venerable alcanzó la iluminación. Luego sirvió al tercer patriarca chino durante nueve años y mas tarde recibió los preceptos en Ch ´i-chou, custodiándolos y observándolos celosamente. Pero, hasta que llegó ese momento, el patriarca le examinó repetidamente y solo le transmitió el kesa y el cuenco cuando juzgo que estaba lo suficientemente maduro.
Una vez que el maestro sucedió al patriarca, permaneció despierto y no se acostó a dormir durante unos sesenta años. En el año 617 llego a Ch´i-chou – que, a la sazón, llevaba setenta días asediada por un grupo de bandoleros – con algunos discípulos. El maestro se apiadó de los vecinos de aquella localidad y les enseñó a recitar el Mahaprajnaparamita Sutra y cuando los ladrones se disponían nuevamente a asaltar la ciudad, se encontraron con un ejercito de espíritus protegiéndola y se dijeron: Alguien muy importante debe haber llegado a la ciudad. Será mejor que no ataquemos“ y decidieron marcharse. En el año 624 el maestro regresó a Ch ´i-chou y pasó la priemavera en el monte P´u-t´ou (es decir, el monte Niu-t´ou, que significa “cabeza de buey”) congregando, a su alrededor, a una multitud de discípulos. Cierto día, camino de Huang-mei, conoció Hung-jen (su sucesor) y también se encontró con Fayung, dejando una rama de su linaje en le monte Niu-t´ou.
En el año 643, el emperador Tái-tsung se interesó por la enseñanza del maestro, quiso probarla por si mismo y len invito a la capital. El maestro declinó humildemente la invitación por tres veces, la ultima de ellas a causa de una enfermedad. Al cuarto intento, el emperador dijo a su emisario que, si el maestro rehusaba nuevamente la invitación, le cortase la cabeza. Cuando el emisario llegó al monasterio y expuso el edicto real, el maestro ofreció su cuello desnudo – entregándose en cuerpo y alma a la espada. El mensajero, entonces, se dio cuenta de la singularidad de la respuesta del maestro y habló de ello al emperador, despertando todavía mas su respeto y le expreso su admiración regalándole un precioso manto.
“Todas las cosas están completamente liberadas. No lo olvidéis nunca y entrad con ese recuerdo en la posteridad”, dijo Tao-hsin a sus seguidores el cuarto día del noveno mes del año 651. Luego se sentó tranquilamente a meditar y expiró. El maestro tenia entonces setenta y un años de edad y fue enterrado en la montaña. El octavo día del cuarto mes de siguiente año, la puerta de la tumba se abrió sola y el maestro parecía como si estuviera vivo. En tales circunstancias los discípulos no se atrevieron nuevamente la puerta. Mas tarde recibió el nombre póstumo de Ta-i (que significa “gran medico).
Teisho
Aunque no haya superioridad ni inferioridad en la conducta de los patriarcas, Daii Doshin se sintió atraído, desde su misma infancia (como si fuera un hábito de vidas anteriores) por la enseñanza de la vacuidad. Durante toda su vida se mantuvo alejado de los gobernantes y de los funcionarios, y esa determinación no menguó durante su época de estudio y formación. El maestro se entrego plenamente a la enseñanza de la liberación y, a su muerte, abrió las puertas del Dharma enseñando, de ese modo, que el ser humano no está atado por la vida ni por la muerte. El maestro fue una persona muy notable, alguien a quien solo se encuentra una vez cada cien años. La práctica de la doctrina de la vacuidad ha sido llamada la enseñanza de la liberación correcta. ¿Cómo podríais si no estáis atados por el Buda ni por los seres, hallaros limitados por la vida y la muerte? No os preocupes, pues, por el del cuerpo ni por la mente, ni discriminéis tampoco entre la ilusión y la iluminación. Por mas que podáis hablar de la Mente y del mundo objetivo, de manchas y de despertar, esos no son mas que nombres distintos del único Yo verdadero. Las montañas y los ríos no se hallan separados de el ni tampoco es diferente a vosotros o a vuestro entorno. Cuando haga frío os enfriareis y cuando haga calor os convertiréis totalmente en calor.
Una vez atraveséis la barrera de la liberación, el principio de la liberación dejará de existir. No existe esclavitud ni liberación, ni tampoco existe esto ni aquello. No os aferreis, por tanto, a los nombres, ni distingáis tampoco entre las formas. ¿Cómo podríais, si realmente alcanzáis el fruto de la práctica, estar simultáneamente implicados en lo relativo y lo absoluto? Aquí no hay distinciones ni tampoco nada a lo que identificarse. Cuando lo entendáis así dejareis de utilizar el termino “liberación” y tampoco habrá motivo alguno para aborrecer la esclavitud.
Verdaderamente tenéis una luz que se llama “ver en los tres mundos”. Verdaderamente vuestra lengua esta colmada de la sensación del gusto y esto es lo que se conoce como mezclar los seis sabores. Continuamente irradiáis luz en todas direcciones y mezcláis sabores deliciosos. Si gustáis de este modo, encontrareis sabroso hasta aquello que no lo es y, si miráis de esta manera, descubriréis una forma verdadera aun dond no haya forma alguna. No existen, por lo tanto, gobernadores ni funcionarios a los que asociaros ni cuerpo-mente que se asiente o que se acueste. Cuando alcancéis este dominio, el cuarto patriarca, el gran maestro, estará en vosotros y vosotros seréis el cuarto patriarca. ¿No es acaso ése el significado de la frase de Tao-shin “todas las cosas están liberadas”? ¿No es acaso este el “entrad con este recuerdo en la posteridad”? Entonces la lapida de la tumba inconsútil se abre sola y los rasgos ordinarios se revelan serenos y tranquilos.
Poema
Tengo unas humildes palabras que intentan expresar el significado de esta historia. ¿Querríais escucharlas?
La Mente esta vacía
y el conocimiento puro no es correcto ni erróneo.
¿Qué es, pues, lo que está atado o liberado?
Aunque se conviertan en los cuatro grandes elementos
y en los cinco skandhas,
la visión, la audición, las formas y los sonidos
no son, a fin de cuentas, mas que Mente.