Un monje le preguntó a Yunmen: «¿Cual es el lugar del nacimiento de todos los Budas?»
Yunmen respondió: «Las montañas del este se mueven sobre el agua»
En el Koan numero cuatro de la copilacion de koan del maestro Dogen del post anterior, le dice el maestro Baso a Ryu: “¡del nacimiento hasta la muerte, solo es esto!“. Palabras con las que el maestro saca a Ryu del ambito del intelecto y le confronta con la realidad concreta del aqui y ahora donde lo unico que hay es la vida misma – un hecho que jamás cambiará de ser así – desde el nacimiento hasta la muerte – por mas dulce que sea cualquier promesa de futuro. Una de esas promesas de futuro como aquella que podemos encontrar en una de las palabras mas de moda en nuestra sociedad: la sustentabilidad.
Sustentabilidad o desarrollo sustentable son términos que se han nacido de la situación en la que se encuentra la sociedad actual donde tenemos recursos naturales limitados por una parte y una creciente actividad económica por otra. Una situación que tanto a nivel local como a escala planetaria pueden llevar a graves problemas sociales y medioambientales y que pueden llegar a ser irreversibles. En este contexto el termino sustentabilidad se refiere al equilibrio de la sociedad humana con los recursos naturales de su entorno o también a la capacidad de la actual generación de satisfacer sus necesidades sin sacrificar la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades. Ósea que la sustentabilidad nace del temor de hoy por el futuro de la sociedad de mañana. Otra característica del desarrollo sustentable es que el enfoque que se le da a la prosperidad económica y social sea algo diferente a lo que usualmente comprendemos como desarrollo. Esto porque para que el desarrollo sea sustentable este debe alcanzar en cierto grado un estado de balance. El balance entre el desarrollo intelectual, afectivo, moral y espiritual de una sociedad. ¿Pero como establecer este balance? Es aquí donde nos encontramos con las reglas. Reglas que los límites de los recursos naturales sugieren y que dicen por ejemplo: ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación; o ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente o: ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible. Al llegar a este punto, no preguntamos ¿se puede hablar de un balance o de verdadera sustentabilidad si la sustentabilidad esta enfocada solo en problemas y soluciones que están fuera de nosotros? Y más allá ¿Como vivir nosotros mismos de manera sustentable?
Para responder a esta pregunta tal vez sea necesario enfocar la sustentabilidad desde otra perspectiva: por ejemplo desde la perspectiva del silencio. Aquel silencio que une todas las cosas y que cuando estamos ahí nos enseña a escuchar y comprender verdaderamente. Desde aquel silencio que esta mas allá del ruido en nuestra mente y que nos demuestra que nuestro escuchar siempre esta condicionado por nuestras ideas preconcebidas o por nuestro punto de vista particular. El mismo silencio que nos enseña que la sustentabilidad en sociedad no esta separada al propio comportamiento y que nos lleva por ejemplo a preguntarnos ¿cómo enseñar el silencio escribiendo en un Blog? ¿contribuye al Dharma el servicio de escribir en un Blog o significa escribir sobre el Dharma crear mas ruido dentro del ruido? Preguntas de importancia y a las que no siempre tenemos una respuesta pero que cuando lo hacen, estas surgen desde su propio contexto de tiempo espacio y que nos enseñan: si al escribir sobre el Dharma nuestro cuerpo y nuestra mente son uno con lo que hacemos, a la vez somos uno con el Dharma.
Siendo así el silencio que esta mas allá del ruido también nos enseña que el comportamiento verdaderamente sustentable no puede ser una promesa de futuro sino que esta ligado estrechamente a este instante y nos concierne a nosotros mismos. Y ¿quien es este “nosotros”? Una vez mas nos encontramos ante la tarea fundamental de realizar la no-separación. Porque si no existe separación entre “yo” y los “demás”, entre el ser humano y la naturaleza, nuestra felicidad es la felicidad de los demás y la felicidad de los demás es nuestra felicidad y comprendemos que no puede haber un desarrollo sin tomar en consideración los recursos naturales. Y comprendemos además que donde la unidad se manifiesta, cuando actuamos con el espíritu puesto en el aquí y ahora, toda acción es correcta, surge sin esfuerzo y es espontánea y naturalmente sustentable al estar en armonía con todo alrededor y todo lo que ocurre.
Por lo tanto ¿dónde encontrar la verdadera sustentabilidad si no en nuestra mente y como realizarla si no con nuestro cuerpo? Por eso si verdaderamente queremos un desarrollo sustentable, en primer lugar es necesario encontrar aquel lugar que transciende el dualismo que dice esto es peor o esto es mejor, que diferencia entre yo y los demás o que discrimina entre hoy y mañana
El Sutra de las cinco contemplaciones dice en su ultimo verso:
Quinto: Nos alimentamos con esta comida para realizar la Vía de Buda.
La Vía del Buda. La Vía donde el escuchar, lo escuchado y quien escucha son uno y por lo tanto trasciende tanto el ruido como el silencio. La Vía que nos enseña a callar cuando debemos y a hablar si el instante lo requiere. La Vía que nos enseña a tomar solo lo que es necesario. La Vía donde las palabras jamás podrán substituir los hechos.
que lindo e importante saber y realmente urgente es ser consciente de que todas las acciones, sucesos, están dentro un procesos de relaciones, donde la casualidad, y el azar (en mi opinión) no existen.
La base de la complejidad explica este proceso.
entender que ocurre «ser parte del otro e interiorizar al otro» se convierte en un proceso inconsciente y continuo.
lo que hagamos aquí repercute allá