VIOLETA


El rostro queda,
Las perspectivas cambian.
Gracias Violeta.

Sin duda alguna en este viaje a través de la historia chilena de las ultimas décadas la labor artística de Violeta Parra ha sido para tod@s una gran fuente de inspiración. La artista recogía las rabias, las alegrías, las decepciones y las tristezas sociales que eran a la vez también sus emociones personales y les daba su propia voz. De esta manera tanto su vida como su trabajo artístico están estrechamente ligados a la historia que a vivido el país e incluso sigue creciendo y trascendiendo tanto el tiempo como fronteras y continua sembrando conciencia en toda dirección.

Esto a pesar de que como todos sabemos la historia personal de Violeta Parra no haya sido nada parecido un cuento con un final feliz. La artista al final optó por el suicidio y se quitó la vida porque no encontraba alivio en cuanto al sufrimiento que llevaba en su interior. Una decisión que en la sociedad chilena ha sido tanto criticada como también respetada, quizás porque todos somos conscientes de que no siempre es fácil convivir con el sufrimiento cuando este está ramificado en nuestro interior. No siempre somos tan fuertes como para aceptar la decepción y la tristeza cuando estos sentimientos alcanzan un nivel que nos consume y nos imposibilita respirar. Y de esta manera nos encontramos con que tal vez sea esta otra dimensión del legado de Violeta Parra. Vemos su sensibilidad que contrasta con la violencia de su ultima voluntad y una vez más nos cuestionamos ¿cómo cultivar con sabiduría la emoción? ¿como darle alivio al sufrimiento cuando nuestro interior se encuentra encarcelado en una experiencia abismal? Encarcelado, porque es tan fácil decir que es solo una decisión. Es tan fácil concluir racionalmente que el yo es solo una ilusión, que nuestra verdadera identidad está más allá de nuestro nombre, más allá de nuestra profesión, de nuestra nacionalidad. Es tan fácil decir que la vida y la muerte son solo proyecciones mentales frente al infinito movimiento universal. Es tan fácil llegar a todas estas conclusiones a través de un ejercicio intelectual. ¿Pero comprenderlo y sentirlo? y más allá ¿comprenderlo, sentirlo y vivirlo?

Ósea que el verdadero cambio en el mundo tanto individual como social solo es posible si hay un verdadero cambio en la consciencia. O dicho con palabras como las emplea la ciencia de la mente, mientras no nos hagamos conscientes de nuestro inconsciente, nuestro inconsciente seguirá dirigiendo nuestras vidas. Por otra parte si existe un verdadero cambio en la consciencia, este cambio ocurre también en la emoción. En consecuencia también en nuestra manera de pensar y por ende también en nuestra manera de actuar. Así se hace incluso inútil hablar de preceptos pues estos se cumplen de manera natural. Si sentimos empatía por el prójimo de manera natural hablamos correctamente. De manera natural actuamos correctamente. Esta es la propuesta del Budismo Zen en cuanto a un presente y un futuro mejor. Tomamos el destino en nuestras manos a través de un cambio en la consciencia individual. No borramos de la memoria lo ocurrido. Al contrario. En base a la comprensión de aquello que nos ha provocado sufrimiento y dolor hacemos un compromiso con nosotros mismos y los demás de seguir trabajando sobre nosotros mismos para que el verdadero cambio de consciencia pueda acontecer. Ahora siempre pensamos que este cambio es muy difícil de alcanzar. Que es una meta de futuro y por eso ilusoria. O quizás caigamos en la confusión de la separación como cuando nos decimos que no podemos hacer algo por los demás, que es mejor dejar que sean quienes son y que cambiarán cuando quieran cambiar. Por eso nuevamente: la verdadera paz no se alcanza por si sola. Como tampoco a través de tratados. Estos por cualquier razón se pueden romper. El verdadero cambio, la paz, la conciencia absenta de separación, comienza en este mismo instante, aquí y ahora en mi mismo y comienza por una decisión. El yo introduce su atención hacia el interior, toma la postura de zazen y en ese mismo instante está realizando la no-separación. Me estoy ayudando a mi y al mismo tiempo le estoy ayudando a los demás. Este es el momento en el cual nace el correcto sentir, el correcto pensar, el correcto hablar, la correcta acción.

Ósea que para quienes practicamos la meditación, meditar es nuestra manera más directa de contribuir a que vivamos en un mundo mejor. Lo que no quita que existan muchas otras maneras más de ayudar. Ya esforzándonos a emplear el habla compasivo estamos influyendo directamente sobre la realidad que todos compartimos. La violencia, incluyendo la violencia contra si mismo, no es un acto que surge del nada. Previamente existe la palabra violenta y antes de eso existe el sentimiento violento. Ósea que si influimos conscientemente sobre la palabra de manera benevolente las posibilidades de que el acto violento se exprese son inferiores. ¿No será esta un manera concreta y directa para poner en practica la paz en nuestra sociedad? ¿No está así en manos de todos nosotros contribuir a que la paz se pueda hacerse realidad tanto en el mundo interior como exterior? Muchas veces escuchamos la palabra violenta en los medios de comunicación o en nuestras conversas personales como si fuese algo muy normal. ¿Pero es esto algo que debemos tolerar como normal? Debemos entender que más allá de cualquier creencia u inclinación política o social nuestra manera de hablar influye directamente sobre nuestra manera de convivir. Ante estos argumentos hay quienes aclaman que al suprimir la agresividad esta encuentra otras formas de expresión. Tal vez, e incluso hay quienes han aprendido a hacer incluso de este veneno una medicación pero ante todo: la paz comienza en este mismo instante. Aquí y ahora está siempre en nuestras manos corregir y volver a nuestro estado natural.

Para terminar tal vez quede por reiterar que esta no es una critica en cuanto a esta ultima decisión de Violeta Parra. Más bien representa un aspecto de su vida que sigue actualizando en nosotros la memoria de todo lo que sucedió en estas décadas que hemos dejado atrás. Que nos hace seguir reflexionando sobre su obra y su vida personal, pues su historia es nuestra historia también. El 2017se cumplen 100 años de su nacimiento, que todos los aspectos de su obra y su vida sigan sembrando conciencia en toda dirección.

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