En la luz hay oscuridad,
pero no trates de entender esa oscuridad;
en la oscuridad hay luz pero no busques esa luz.
Luz y oscuridad son un par,
como el pié de adelante y de atrás al caminar.
Cada cosa tiene su propio valor en sí misma y está
relacionada, a todo lo demás en función y posición.
(Sandokai – Sekito Kisen)
Según la enseñanza de Buda Shakyamuni es el dualismo la causa real del sufrimiento. Este dualismo siempre implica contradicciones que aparentemente no tienen solución: yo – los demás, adentro – afuera, izquierda – derecha, rico – pobre, vida – muerte. Pero a través de la práctica diaria de Zazen podemos llegar a comprender que este dualismo es solo una condición de nuestra mente y que puede ser superado al experimentar la unidad. Pero hasta no haber comprendido profundamente que es lo que significa la unidad debemos ser vigilantes porque a medida que continuamos nuestro camino nos encontramos con diferentes dificultades en la práctica. Una de las grandes dificultades que podemos encontrar en la práctica y que impide la vivencia fundamental de que yo y el otro no estan separados, es la del apego a la visión absoluta .
A partir de esta vision absoluta muchos practicantes creen que la lucha por la existencia es inevitable y caen en tendencias fundamentalistas que radican su fuerza como movimiento en la instrumentalización del temor. En un contexto global, por ejemplo, el temor a que una cultura se vea en desventaja en relación a otra. Este fundamentalismo especula con la reacción de autoprotección e identifica a un supuesto enemigo utilizando los atributos que separan para justificar la propia identidad. En el fundamentalismo se abusa de las diferencias étnicas, raciales o culturales para legitimar la propia identidad cultural y se aplica la exclusión para exponer a toda la comunidad claramente, que es lo que esta permitido y que no. Pero esta claro que a partir de la comprensión budista surjan muchas dudas: ¿como se puede lograr la unidad si se implementan métodos de separación? ¿Qué es la identidad cultural? ¿Qué es la diversidad? Es aquí donde debemos recordar que Buda no pretendió fundar una religión partidista que dividiera a las personas, buscó la verdad, la comprendió por si mismo, la vivió y la enseñó.
Hoy en día la globalización tiene varios aspectos y uno muy importante de ellos es la diversidad de culturas que entran a comunicar entre si. Dentro de esta comunicación es importante ser vigilantes en cuanto al miedo: no es la multiculturalidad la que implica riesgos para las culturas mas pequeñas si no que somos los seres humanos los que deciden por que camino seguir. Nuestra práctica debe abrir espacio para que la multiculturalidad sea la fuente de sabiduría que nos lleve a la convivencia en paz.
Los riesgos de la multiculturalidad no están en la posible mezcla de valores si no que en lo que los practicantes hagan de ella. La practica de Zazen, de Shikantaza en nuestro caso, es una práctica en primer lugar de unidad. La unidad del cuerpo y el espíritu, la unidad entre el individuo y la sociedad, la unidad entre los seres humanos. Al hacernos uno con nuestra práctica podemos comprender que al crear categorías, al pensar en nacionalidades, religiones, culturas diferentes, etnias, grupos o sexos y al anteponer estas categorías a la interacción sin prejuicios, en realidad nos estamos oponiendo a la unidad.
En el Zen hay una expresión que dice “dirigir la vista hacia el interior”. Esto significa sentarse tranquilamente y mirarse a si mismo. Al dirigir la vista hacia el interior nos confrontamos a nosotros mismos con nosotros mismos. Es así como podemos comprender que nosotros somos también una persona que sufre por la ignorancia – al igual que todos los seres.
Practicando de esta manera se puede llegar a sobrepasar las limitaciones del espíritu dualista y alcanzar la sabiduría – la sabiduría para saber hasta donde se deben practicar las verdades.